Cuando llegué a la Universidad Pontificia Bolivariana para iniciar mi carrera de ingeniería eléctrica, Alberto Piedrahíta era el decano. Era un decano de puertas abiertas como también lo fueron Iván Zuluaga y Evaristo Arango que le sucedieron. Nunca había un impedimento para hablar con esos decanos, uno se sentía seguro de poder hablar con ellos y solucionar los obstáculos que encontrara en el camino de preparación profesional.
Cuando yo estaba ejerciendo la profesión en Santa Fe de Antioquia como jefe de zona de la EADE, él iba con frecuencia a la oficina a hacerme visita, él tenía en aquel entonces una finca en la vereda El Espinal de dicho municipio, no sé si la finca es aún de la familia. Un día cualquiera se enteró de que yo había comenzado a escribir La gazapera para El Espectador y las visitas eran más frecuentes porque iba a comentarme errores que aparecían en los libros que le gustaba leer.
Un día me sentenció que me llevaría a escribir en El Colombiano, le agradecí el intento. Meses después fui trasladado a Tarazá por orden de la gerenta Rosa Roldán Betancur, hermana del sacrificado gobernador Antonio, mi amigo de infancia y adolescencia.
Durante los dos años que estuve en Tarazá, en las esporádicas reuniones de la SAI, Sociedad Antioqueña de Ingenieros nos, nos encontrábamos, pero nada me decía del ingreso al periódico. Me llegó otro traslado para Cisneros y a finales de 1995 recibí un llamada telefónica de Alberto para invitarme a una reunión con Alberto Velásquez Martínez para empezar una columna similar a La gazapera en El Colombiano, cita que cumplimos.
Cuando íbamos hacia las instalaciones de El Colombiano, Alberto me solicitó que en el nombre de la columna viniera la palabra lince; Vista de lince fue mi inmediata respuesta. La primera columna salió el 29 de diciembre del 1995, En junio de 2008 me pidieron que no escribiera más, sin darme explicación alguna. Vista de «lince sigue viva en este blog y en el periódico Epicentro de la comuna 10 de Medellín.
Sea ésta mi despedida a un hombre bueno que hizo mucho por los ingenieros electricistas de la UPB. Dios lo tenga en su Gloria.
Sea ésta mi despedida a un hombre bueno que hizo mucho por los ingenieros electricistas de la UPB. Dios lo tenga en su Gloria.
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