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martes, 13 de enero de 2009

Vista de lince 49

¡Qué jartera!
Sófocles,
Tiempo hace que no le escribía. Afortunadamente hoy tengo un poco de tiempo libre. Leo en su columna del día de hoy (martes 13 de enero de 2009) que habla de la pocilga de cerdos como una redundancia, aunque las dos palabras. Ahora bien, en varios libros de teoría jurídica leí algún tiempo la expresión "ejemplo paradigmático", e inclusive yo la usé algún día. Como quiera que paradigma es un ejemplo, siempre leí la expresión como ejemplo ejemplar, pero ahora no sé si hay redundancia como en la caballeriza de caballos.
De otro lado, en la columna de ayer de Felipe Zuleta, éste dijo: " ¡Qué hartera produce la doble moral de nuestra sociedad!". Ya que hartera no está en el DRAE me pregunto si lo mejor hubira sido decir jartera.
Ronald Rico Sandoval
Y eso que me falto el uñero en la uña.

En cuanto a la hartera. ¡Qué jartera! Vamos por partes:

Parte I. Hartera si existe en el Diccionario, aunque usted, estimado Ronald, no la encuentre así como tan fácil. Explico:

La palabra harto existe y existe el sufijo -era. Resulta que no todas las palabras compuestas o derivadas tienen que aparecer en el Diccionario para ser castizas y aceptadas por la Real Academia Española.

Esta norma, tan sencilla ella y fácil de aprender, es saltada por los gramatiqueros de oficio que se meten en unas discusiones como la que ha existido por mucho tiempo acerca del adverbio desafortunadamente y su adjetivo desafortunado que es rechazado por tan inoportunos personajes porque no lo ven en el Diccionario y obligaban a usar infortunadamente que sí ha figurado siempre. Como afortunadamente para unas cosas y desafortunadamente para otras, La Real Academia no pelea con nadie, puso en la última edición del Diccionario el adjetivo desafortunado para que compitiera en gustos con infortunado que ya moraba en esas páginas. Es curioso que el adjetivo infortunado quedó dependiendo de dsafortunado, pero aún no aparece el adverbio. Inconsistencias académicas.

Pero me estoy yendo por las ramas y debo aterrizar:

El adjetivo harto tiene cuatro significados, el primero de los cuales es el que nos ocupa: 'fastidiado', 'cansado', mejor dicho 'jarto'. No, perdón, no nos metamos todavía con 'jarto', que ya sé por dónde voy a llegar, camino por el cual ya he sido anatematizado por un gramatiquero de los que menciono.

El sufijo -era forma sustantivos femeninos según cuatro usos, el cuarto de los cuales nos viene como anillo al dedo: 'señala defecto o estado físico´ y pone como ejemplos Cojera, cansera, borrachera, sordera.

–¡Qué jartera!

–Que todavía no, hombre.

Rebus sic stantibus, podemos concluir que hartera es castiza aunque no se encuentre en el Diccionario.

Parte 2.

¡Qué jartera!, ahora sí.

¿Cómo vamos a justificar nuestra jartera si jarto tampoco está en el Diccionario?

La Jurisprudencia, hombre Ronald, la Jurisprudencia.

¿Para qué le explico a un abogado qué es la Jurisprudencia si, por el contrario, yo como ingeniero, a lo mejor, no comprenda todo lo que la Jurisprudencia puede alcanzar?

Si estoy equivocado me corriges. Hay en español algunas palabras que empiezan por h y que los colombianos, al menos nosotros, preferimos pronunciarlas con una h aspirada como la de los gringos que fácilmente se nos convierte en j. Entre ellas halar (verbo que únicamente se conjuga con h en las puertas de los bancos), harto, hopo, hoyo (ésta en el habla campesina) se me ocurren esas cuatro, por ahora, pero son suficientes. De esas cuatro, dos cohabitan en el Diccionario con sus similares con j: jalar y jopo.

Y si eso pasa con dos de ellas y es legal ¿qué razón hay para que no pueda ser para las demás?

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