En muchas iglesias se ha venido practicando la costumbre de
que cuando alguien manda celebrar una Eucaristía en acción de gracias por el
cumpleaños suyo o de uno de los familiares, al final el sacerdote pregunta si
el cumpleañero se encuentra presente; en caso afirmativo invita a los presentes
a cantarle el Feliz cumpleaños según estas estrofas:
Cumpleaños feliz
te deseamos a ti,
cumpleaños,
cumpleaños
que los cumplas feliz
Que los cumpla feliz,
Que los vuelva a
cumplir
Que los siga
cumpliendo,
pero en Cristo Jesús.
De entrada hay un gravísimo error de concordancia entre las
dos estrofas, ya que la primera se refiere al cumpleañero en segunda persona y
los asistentes se dirigen a él para desearle felicidad en su cumpleaños. En la
segunda estrofa ya no interesa el agasajado y, como si hubiera salido del
templo, los asistentes se refieren a él en tercera persona deseándole que los
cumpla feliz y que los vuelva a cumplir y que los siga cumpliendo. En este
punto alguien intervino la estrofa popular que decía, a mediados del siglo
pasado que los siguiera cumpliendo hasta el año dos mil; pero a medida que se
iba acercando ese límite, la popular se convirtió en tres mil, porque el dos
mil se volvió un plazo muy pequeño y luego, superado. Eso de tres mil es un
absurdo: ninguno de los habitantes del planeta hoy cumplirá esa meta. Entonces
alguien resolvió empeorar la cosa añadiéndole el verso «pero en Cristo Jesús»
y, como siempre, todo el mundo se fue por ahí sin darse cuenta del insulto tan grande
hacia el festejado y para colmo de males, como si ya se hubiera ido
La conjunción «pero» es adversativa. Eso quiere decir que
introduce una frase contraria a algún concepto emitido antes de ella. Desearle
a alguna persona que los futuros cumpleaños los cumpla en Cristo Jesús no es
malo, pero si ese deseo está precedido de la conjunción «pero» deja tácita la
afirmación de que el presente y los anteriores no fueron en Cristo Jesús.
No soy compositor y, francamente, cada vez que escucho ese
estribillo en la iglesia, deseo que parezca uno que componga una canto hermoso
de alabanza a Dios por la vida del agasajado. Mientras aparece propongo que el
último verso se cambie por:
En unión con Jesús
Así se logra el deseo de que los próximos cumpleaños sean en
unión con Jesús y de los anteriores ni se afirma ni se niega que fueran en
unión con el Señor.
San Pablo
En la sección ¿Nos estamos protestanterizando? de la entrada
Calixto 7 establecí que de los hermanos separados estamos tomando la costumbre de
llamar a los autores bíblicos del Nuevo Testamento por su nombre a secas, como
si fueran muy de la casa. Ellos no reconocen la comunión con los santos y los
llapan Pablo, Pedro y similares. No bajaré la guardia en esta campaña hasta que
volvamos a llamar a los santos con su título ganado en franca lid contra el
demonio, contra sus tentaciones, contra el mundo y contra los deseos de la
carne.
El sábado pasado, por ejemplo, hubo reunión de las pequeñas
comunidades de la Arquidiócesis de Medellín, por vicarías. En la del Sur (Poblado,
Envigado Itagüí, Sabaneta y La Estrella), a la que yo pertenezco, un asistente
habló orgulloso de su pequeña comunidad, muchos logros; pero me desanimó cuando
nos dijo que su pequeña comunidad se llama Pablo. Una pequeña comunidad llamada
Pablo puede ser en honor de Pablo Picasso, de Pablo milanés o de cualquier otro
Pablo de los que en el mundo han sido; pero una pequeña comunidad católica en
honor de Pablo de Tarso debe llamarse San Pablo. Como prueba, gugleen «Pequeña
Comunidad San Pablo» y verán la gran cantidad de pequeñas comunidades con ese
nombre y sus realizaciones.
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