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miércoles, 31 de julio de 2013

Vista de lince 166

Edición versus versión






La costumbre errónea de llamar «versión» a lo que es «edición» es una de las más difíciles de erradicar. El pasado 16 de julio presenté en mi columna Taller del idioma de El Diario del Otún la columna que transcribo, una de las que más satisfacción me han dado, Aquí la Transcribo:

Taller del idioma por Abel Méndez

El Diario del Otún, Pereira, Colombia, 16 de julio de 2013.

EDICIÓN VS. VERSIÓN. Cansado de estar echando cantaleta acerca de que no es «versión», sino «edición» la ‘realización de un evento repetitivo, con frecuencia o sin ella’, decidí averiguar por qué es tan atractiva la palabra incorrecta entre los comunicadores y a la vez diseñar una cantaleta más científica que les llegue al alma y se corrijan.

Empecé comparando las diferentes acepciones de cada término y casi deduzco que tenían razón los errados (no los herrados), pues la tercera acepción de la primera palabra ‘Cada una de las formas que adopta la relación de un suceso, el texto de una obra o la interpretación de un tema’ da una idea cercana a la del evento que se repite. Además el verbo «editar» no contiene una acepción cuya acción sea el significado de la «edición» que analizamos.

Allí hubiera terminado la investigación si no fuera poseedor del mejor diccionario latino-español que conozco, el de Agustín Blánquez, que Sopena editó en MCMLXXXV (1985, para los que quedaron gringos). No tengo contrato de comisión con la editorial, pero pongo todos los datos para ayudar a los que lo quieran conseguir. No digo el nombre de la librería donde lo compré para no alimentar suspicacias, pero es una que está en toda la Nación.

El Diccionario de la Real Academia me dice que la palabra «edición» procede de la latina editio, editionis, entonces puse a trabajar a Blánquez: Dice que la apalabra editio es la acción del verbo edo, edere cuyo significado principal es ‘hacer salir’, ‘expeler’, además, que en algunas inscripciones se ha encontrado con el significado de «representación». Del verbo, dice que Cayo Cornelio Tácito (c. 55-120) y Cayo Suetonio Tranquilo (c. 70-post. 126) usaron este verbo Como ‘dar espectáculos, pagándolos de su bolsillo particular’.

Para reforzar lo anterior, la palabra editor, editoris tiene como uno de sus significados, usado por Flavio Vopisco (siglo IV d. C.), ‘el que da espectáculos, públicos o juegos’, por ejemplo, los medellinenses perdieron ser los editores de los Juegos Olímpicos Juveniles del 2018. Ese significado no figura en nuestro Diccionario.

DOS ANÉCDOTAS: 1. Otro de los significados del verbo edo, edere es ‘parir’, significado que no tomó nuestro verbo «editar», si hubiera sido, nosotros seríamos editados, y nuestras madres, las editoras.

2. Existe otro verbo edo, edere, ‘comer’, muy irregular, cuya tercera persona del presente de indicativo es est, igual a la tercera persona del presente de indicativo del verbo «ser». Los primíparos aprendices de latín, gozan formando una frase para los no iniciados Máter túa mala burra est. Lógico, el insulto en reversa; pero la frase es de lo más inocente: «Tu mamá come manzanas (mala) rojas (burra)».


domingo, 28 de julio de 2013

Vista de lince 165

El signo de porcentaje


El signo de porcentaje, según la nueva Ortografía 2010, se escribe separado de la cifra. El ejemplo que precede y el que sigue son tomados de un mismo medio, pero en días diferentes. Podemos observar que en el primero, tanto el texto como el dibujo, están errados, no están de acuerdo con la nueva norma, en el segundo está bien  el dibujo, mas no el texto. Quien escribe el texto no es el mismo que hace el dibujo, por tanto, en estos dos ejemplos de cuatro personas posibles que intervinieron en ellos, tres desconocen la norma nueva, sólo uno la conoce.


El falso plural


El numeral «un millón», aunque en aparente singular, es un concepto plural como todos los numerales que le siguen a uno. Nadie dice «cincuenta jóvenes espera al papa», sino «cincuenta jóvenes esperan al papa» aunque el numeral «cincuenta» esté en singular. Por tanto, la concordancia es plural: «Un millón de jóvenes esperan al papa».

Es de observar la minúscula de la palabra «papa» como todos los nombres de los cargos.



Este caso es parecido al anterior, pero no es igual. Se refiere a la concordancia de sustantivos colectivos cuando la acción del verbo es ejecutada en forma independiente por cada uno de los elementos del colectivo. Aquí, por ejemplo cada persona que conforma ese 62 % cree que a corrupción en el sector público es grave independientemente de lo que crean los demás, la concordancia debe ser en plural: «62 % creen...». Sin embargo la Real Academia española decidió aprobar la concordancia en singular, como lo muestra el recorte, debido al uso generalizado entre mucha parte de la población hispanohablante.

Como a veces es difícil convencer a los que se aferran a una manera de hablar, pongo este ejemplo: «El 62 % de mis condiscípulos es mujer». ¿Cierto que disuena?

Acrónimo



Un acrónimo es una palabra que se forma con partes de otras y que sirve para dar nombre a empresas, programas de trabajo, procedimientos científicos, ciudades y cuanta cosa uno se pueda imaginar. Un acrónimo lo puede inventar cualquiera y el inventor debe demostrar su propiedad mediante registros comerciales, notariales o patentes.

En español los acrónimos son palabras y como tales deben guardar todas las normas morfológicas. Hoy en día a los acrónimos no les ponen la atención de antes quizás porque en inglés no tienen nuestras reglas. 

Por ejemplo en el acrónimo mostrado se saltan dos reglas:

1. Las palabras en español no tienen mayúsculas intermedias.

2. Las palabras compuestas en español se acentúan en el último componente.

Así las cosas, el nombre de la marca descrita debe ser Asisea y no como aparece en los recortes.

Eso no es un capricho, si observamos los acrónimos inventados en Colombia por la mitad del siglo XX, ninguno se salta esas dos normas:   Tejicóndor (Tejidos El Cóndor), Indulana (Industria de la lana), Everfit (actónimo en español con dos palabras inglesas: «ever» y «fit», 'siempre listo', su lema), Inravisión (Instituto Nacional de Radio y Televisión).

Ahora, el descuido como el mostrado en este ejemplo unas veces es la falta de tilde y otras, las tales mayúsculas intermedias. Me tocó luchar, y gané, en contra de las mayúsculas intermedias de Teleantioquia y Telemedellín, pero no pude contra la de Transmilenio (la eme). He logrado la tilde de Sisbén, Federacafé, Megabús, Metroplús, pero no he podido con la de Turibús. En los centros comerciales de mi ciudad hay un almacén de zapatos que lo llaman Alpie. Algunas veces he entrado y hago la pregunta tonta:

—¿Éste es el almacén Alpie?

—No, es Alpié —me corrigen.

Salgo, miro el letrero, entro y comento:

—Ah, pero se les borró la tilde.

Mientras elos dependientes se ríen de mi ingenuidad pregunto por el artículo que deseo comprar.




Mayúsculas que no lo son


El «producto interno bruto» no es un nombre propio, es como si yo hablando de mi sueldo pusiera esta palabra con mayúscula. La dificultad radica en que como el producto interno bruto se conoce más por su sigla, PIB, que debe ser en mayúsculas  los usuarios quedan con la idea de que debe ser con mayúsculas. Lo mismo sucede con las expresiones «certificado de depósito a término, CDT», «organizaciones no gubernamentales, ONG»  y muchas más.



miércoles, 24 de julio de 2013

Vista de lince 164

Uno errado y dos disculpados

En El Colombiano de hoy, en una nota del periodista Daniel Rojas Arboleda, salió un error de esos que hacen resucitar hasta el dormido Blog de don Abel:



Ese error infantil circula en las redes sociales entre personas que no se dedican al uso de la palabra escrita.

Pero...

El error lo encontré (y no soy el único en haberlo hecho) en un cuadro resumen de la noticia, útil para la persona que está de afán y no va a leer la noticia completa. Esos cuadro, por lo general, no los elabora el redactor, sino que el Editor designa a alguien que se encargue del asunto. Por ahí queda disculpado el periodista Daniel.

¿Tiene disculpa, entonces, el editor?

Veamos 

El editor hace un resumen de la nota, y esto fue lo que leyó:



Como vemos el último verbo que al editor le queda en mente es «habían» que en esta cita esta correcto porque en este caso se trata del auxiliar de tercera persona plural y no del que él va a usar que significa 'existencia'. Ese  sabor de «habían ordenado» le hizo cometer el error por lo que podemos disculparlo en un 50 %.

Dos en dos renglones

Para que don Daniel no se vaya tampoco sin culpa, aprovecho esta otra cita del mismo artículo



Sobran dos cosas: el esqueísmo y la muletilla «tema»:

Se percibe que la seguridad no es lo importante para el Santo Padre.