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miércoles, 26 de mayo de 2010

Vista de lince 99

La semana pasada fui a la Universidad Pontificia Bolivariana, mi universidad. El motivo de esa vista era buscar alguna forma de recoger algunos voticos para el concurso de Lexio Philes. Qué desilusión. Si hubiera sabido que mi universidad me iba a olvidar tan pronto me habría esmerado por inventar una ecuación para cualquier cosa de tal manera que fuera de inclusión forzosa en los textos de la carrera. Sólo hace 38 años y medio que salí graduado de ingeniero y ahora nadie me conoce, ni siquiera el perro negro que nos acompañaba en las noches mientras preparábamos exámenes estaba. En aquella época no existían los postgrados y las diplomaturas las inventaría Hernán Gutiérrez, años después en la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos, SAI. Bueno, nunca es tarde y a lo mejor por ahí debe haber alguna ecuación agazapada en alguna parte esperando que yo dé los pasos necesarios para descubrirla.
En vista pues de que no encontré con quien hablar para montar la campaña proselitista en pro del primer puesto para El Blog de don Abel me puse a vagar por diferentes partes del campus universitario y fui encontrando cositas. Dejo constancia de que no fue por venganza al no obtener lo que buscaba, sino porque hay en mí algo que me impide dejar de encontrar errores y como ya tengo cámara otra vez, esas cosas fueron quedando en ella.
Ésta es la primera:



El uso de la palabra promedio como adjetivo o como sustantivo adjetivado en aposición. Según la definición de ese sustantivo no es correcto decir La temperatura promedio es de 28 °, como si fuera un adjetivo, ni 13 estudiantes promedio por profesor, como si fuera un sustantivo en aposición. Lo correcto para el primer caso es: El promedio de temperatura es de 28 ° y Un promedio de 13 estudiantes por profesor, para el segundo.
La segunda la capté en la facultad de Comunicación Social y Periodismo:



Cuando tome la foto solamente estaba mirando el mal uso del guion en la palabra compuesta prepráctica, pre- es un prefijo (pegado antes), eso, pegado, no separado mediante guion: prepráctica.
Además de eso, en el supuesto de que la palabra pre-práctica se usara con guion (ya dijimos que el guion no va), no se dejan espacios adelante ni atrás del guion como sucede en la primera prepráctica y en el nombre de la Facultad Comunicación Social-Periodismo. Pero este guion también está en el lugar equivocado porque el nombre del programa académico en cuestión es Comunicación Social y Periodismo.
Para dejar descansar este aviso, qué feo se ve ese anglicismo e-mail, como ya está escrito el concepto correo electrónico pudo haberse dicho: a esta dirección
La última foto universitaria corresponde a la facultad de Psicología, a su nombre se refiere la letra psi en ella:



El confeccionista de tal cartelito desconoce por completo la existencia de las tildes: Sabías y escúchalo. Demuestra además desconocimiento en abreviaturas y siglas. La hora es 1:00 p. m. y no 1:00 pm y la emisora se identifica con la sigla de amplitud modulada, AM, para no confundirla con la abreviatura de las horas matinales, a. m. (que no a.m.): 1.110 AM.
Salí de la universidad y fui a hacer una diligencia en las cercanías de la iglesia de Santa Teresita, en el barrio Laureles. Al pasar por el frente de la oficina de mi amigo, colega y compañero de estudio Héctor Uribe Vélez, me percaté de la falta de cuatro tildes en el aviso:



Las tildes faltantes: VÉLEZ, CÍA, Raíces, AVALÚOS. En el extremo inferior izquierdo de la foto se alcanza a ver, pintada en la ventana, una réplica del mismo aviso. Afortunadamente era la hora de almuerzo y Héctor no estaba allí, porque me habría invitado a tomar tinto, a recordar viejísimos tiempos, y no habría podido tomar la foto porque qué pena de Héctor como es de amable y la cultura que lo caracteriza.
Terminada mi diligencia fui a un paradero de buses para tomar uno que me acercara al metro y esto vi allí:



Esa marca Bisolvón del remedio allí anunciado siempre ha sido una palabra aguda terminada en n, la tilde brilla por su ausencia.
Por ese día descansé de andar fisgoneando letreros ajenos.

1 comentario:

Felipe Chávez G. dijo...

Gracias don abel... ya nos estaba haciendo falta tu ojo fisgón.

Gracias por compartirnos tus observaciones.