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lunes, 9 de marzo de 2009

Gazapera histórica 4

Horas en punto

William Vinazco Ch. Noticiero Cinevisión (91-07-08).

Qué bueno sería si usted a su forma agradable de presentar las noticias deportivas le quitara el error que comete al decir: Son las doce y cuarenta y cinco en punto; error originado por la firma Punto Blanco cuando patrocinaba las secciones deportivas de varios noticieros.

En español, la hora en punto es la que no tiene minutos. Así, las 12:42 no pueden ser en punto por tener 42 minutos después de las doce en punto.

Después de 17 años y medio de ese gazapo vinazquiano puede ocurrir una de las siguientes condiciones: o el gazapo no ha vuelto a aparecer en TV o yo no he vuelto a ver TV. Lo más seguro es la segunda —o ambas también es posible—, pero eso no quiere decir que el gazapo haya desaparecido porque se trata de una ignorancia semántica algo generalizada. Muchos creen que decir en punto significa precisamente, con puntualidad y hasta citan a otra persona a encontrarse a las 5:22 en punto, por ejemplo.

Un error semejante consiste en el uso de la palabra pleno cuando se refiere a un período de tiempo. La gente dice; estamos en pleno siglo XXI y no estamos en pleno siglo XXI. Dentro de 40 años sí estarán en pleno siglo XXI, es decir, en la parte central del siglo, ahora estamos en los inicios. Nos falta año y nueve meses para terminar la primera década. Lo cual quiere decir que no estamos en plena década primera, porque ya la estamos acabando. ¡Cómo corre el tiempo?


Esto de las horas en punto me hizo recordar la primera poesía del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca:

La cogida y la muerte
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

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