LENGUAJE INCLUYENTE. «…la Institución Educativa (...) celebró (…) con el apoyo de la universidad (…) Los niños, niñas y jóvenes llevaron a cabo talleres (…) por parte de padres, madres y maestros (…) Nuestros niños, niñas y jóvenes se ven expuestos (…) Nuestros hijos necesitan un discurso (…) Los jóvenes piden a gritos (…) los padres, madres y maestros, debemos superar el temor de ser vistos como anticuados (…) o concebir un hijo.
He omitido adrede casi todas las pistas que lleven a la identificación del columnista porque, después de una investigación de sus trabajos anteriores y posteriores al de la cita, deduzco que fue obligado o corregido para que el artículo apareciera con el lenguaje incluyente o de equidad de género, cualesquier cosas que esas expresiones signifiquen. Parte de los suspensivos entre paréntesis se deben a ese propósito. Dejé un par de sustantivos que pudieran poner en peligro tal secreto, pero corro el riesgo para mostrar que una institución educativa de prestigio y una universidad de prestigio se ven enlodadas por un personaje irresponsable que se empeña en dañar el idioma con ese melindre sin sentido.
Miremos cuántas inconsistencias cometen los que en tal empeño se embarcan:
1.° Sigue imperando el sexo masculino porque siempre va de primero: Niños, padres siempre van delante de niñas, madres. Deberían alternarse o escribirse mediante un sorteo para garantizar la equidad.
2.° Artículos y adjetivos siempre van en masculino calificando o determinando ambas palabras de diferente género: Los niños, niñas; los jóvenes; Nuestros niños, niñas y jóvenes se ven expuestos, en vez de Nuestros niños, nuestras niñas, nuestros jóvenes y nuestras jóvenes se ven expuestos, lo unos, y expuestas, las otras… Un discurso así no lo resiste ni Mirús. Los jóvenes y las jóvenes piden a gritos…; Como anticuados, los unos y como anticuadas, las otras. Habría que desenglobar los sustantivos comunes a dos géneros.
3.° Aplican la tal equidad a algunas palabras predeterminadas y olvidan otras que no están en sus catálogos: Aunque las madres aparecen con los padres, los maestros aparecen sin las maestras; nuestros hijos, sin nuestras hijas, y concebir una hija es una probabilidad equitativa con concebir un hijo.
Es una lástima que sean muchos los maestros que se comieron ese cuento de que es necesario hablar así dizque porque las niñas se traumatizan si no se las nombra. ¿Cómo les parece?
Otro dislate salido del magisterio es la muletilla me hago entender porque si le digo a un alumno “¿me entiende?”, dizque le estoy diciendo bruto. ¿Acaso han abierto el Diccionario en el verbo entender?
Otro más, no salido del magisterio, pero hay maestros que dicen: Coloque en el cuaderno, Les voy a colocar un trabajo, Coloque atención. Esos ejemplos son tres de los 44 que podemos poner. Dejemos en paz las gumarras que ellas sólo ponen huevos.
Ciudad invitada
He omitido adrede casi todas las pistas que lleven a la identificación del columnista porque, después de una investigación de sus trabajos anteriores y posteriores al de la cita, deduzco que fue obligado o corregido para que el artículo apareciera con el lenguaje incluyente o de equidad de género, cualesquier cosas que esas expresiones signifiquen. Parte de los suspensivos entre paréntesis se deben a ese propósito. Dejé un par de sustantivos que pudieran poner en peligro tal secreto, pero corro el riesgo para mostrar que una institución educativa de prestigio y una universidad de prestigio se ven enlodadas por un personaje irresponsable que se empeña en dañar el idioma con ese melindre sin sentido.
Miremos cuántas inconsistencias cometen los que en tal empeño se embarcan:
1.° Sigue imperando el sexo masculino porque siempre va de primero: Niños, padres siempre van delante de niñas, madres. Deberían alternarse o escribirse mediante un sorteo para garantizar la equidad.
2.° Artículos y adjetivos siempre van en masculino calificando o determinando ambas palabras de diferente género: Los niños, niñas; los jóvenes; Nuestros niños, niñas y jóvenes se ven expuestos, en vez de Nuestros niños, nuestras niñas, nuestros jóvenes y nuestras jóvenes se ven expuestos, lo unos, y expuestas, las otras… Un discurso así no lo resiste ni Mirús. Los jóvenes y las jóvenes piden a gritos…; Como anticuados, los unos y como anticuadas, las otras. Habría que desenglobar los sustantivos comunes a dos géneros.
3.° Aplican la tal equidad a algunas palabras predeterminadas y olvidan otras que no están en sus catálogos: Aunque las madres aparecen con los padres, los maestros aparecen sin las maestras; nuestros hijos, sin nuestras hijas, y concebir una hija es una probabilidad equitativa con concebir un hijo.
Es una lástima que sean muchos los maestros que se comieron ese cuento de que es necesario hablar así dizque porque las niñas se traumatizan si no se las nombra. ¿Cómo les parece?
Otro dislate salido del magisterio es la muletilla me hago entender porque si le digo a un alumno “¿me entiende?”, dizque le estoy diciendo bruto. ¿Acaso han abierto el Diccionario en el verbo entender?
Otro más, no salido del magisterio, pero hay maestros que dicen: Coloque en el cuaderno, Les voy a colocar un trabajo, Coloque atención. Esos ejemplos son tres de los 44 que podemos poner. Dejemos en paz las gumarras que ellas sólo ponen huevos.
Ciudad invitada
Latacunga, Cotopaxi, Ecuador
«La Escuela de Ciencias Tecnológicas Héroes del Cenepa fue creada por la ESPE para satisfacer la demanda de carreras cortas, a nivel de tecnologías, en áreas no explotadas profesionalmente, formando profesionales competitivos y comprometidos con el desarrollo de su comunidad». EPSE-Sede Latacunga.
Debo confesar que no fue fácil cazar un gazapito en Lacatunga, revisé varias páginas, incluyendo la oficial, y todas hablaban de las bellezas de Lacatunga, de toda la provincia de Cotopaxi y de lo bueno que es vivir allá. Pero ninguna daba un errorcito para comentar. No quise probar en Wikipedia, porque no sería justo que apareciera un gazapo, no cometido en Lacatunga. Por fin encontré uno de anivelismo en la WEB de ESPE, Escuela Politécnica del Ejercito que si alguno de mis lectores lo ven, pueden llevarlo a la Escuela para que lo corrijan.
Volcán Cotopaxi
El error del anivelismo consiste en intercalar la expresión a nivel, que nada aporta a la información. Tanto es así que al quitar la expresión la información no se afecta: para satisfacer la demanda de carreras cortas tecnológicas.
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