Respetado Adon Abel:
Me he enterado de su blog a través del Don Gabriel Escobar Gaviria. Lo felicito, me parece muy intersante. Quiero aprovechar para enviar este comentario acerca del abuso del verbo colocar que está llevando a la extinción al fiel verbo poner.
Hay que defender un poco el idioma ante tantos refinamientos innecesarios y vergonzosos que pululan en la actualidad entre los hispanoparlante.
Probablemente el caso más patente y urgente de resolver, si aún no se nos ha escapado de las manos, es el del verbo poner. A pesar de sus incondicionales, extensos y perdurables servicios ofrecidos con maestría, versatilidad, incondicionalidad y resignación, este castizo y útil elemento de la lengua castellana está en peligro de extinción, todo gracias al uso indiscriminado de su principal adversario, el verbo colocar. A pesar de que el primero tiene diez veces más acepciones que el segundo, y que el uso correcto de este último tiene aplicaciones bastante específicas y restringidas, debemos reconocer que va ganando la batalla.
Sin embargo, sería un error pensar que el único afectado con la coloquitis, epidemia que va en camino de convertirse en pandemia, es el verbo poner. Al igual que ocurre con el vocablo cosa, el verbo colocar se utiliza como comodín. Contrario a lo que algunos podrían argumentar, respecto a que el uso popular hace evolucionar el idioma, en este caso estamos ante un proceso de empobrecimiento de la lengua; al emplear indiscriminadamente el verbo de marras dejamos caer en desuso una serie de verbos que conforman la riqueza del lenguaje.
Hay que recordar en este punto que la representación mental que de la realidad tenga una persona está en buena medida definida, sustentada y representada por el idioma que escuche y maneje. Léxicos pobres modulan mentes pobres.
¿Donde está la raíz del problema? Tradicionalmente los profesores han saltado por encima del DRAE y enseñado que sólo ponen las gallinas. Pero es también sabida la tendencia de algunas zonas a colocar. De otro lado, si sintonizamos canales de televisión como Discovery, National Geographic o The History Channel, veremos que en éstos nunca se pone, ubica, desplaza, utiliza, usa, presta o dirige nada; todo se coloca. Así que los traductores también tienen una buena cuota de responsabilidad.
Si por algún accidente este texto llegare a ser leído por algún estudiante universitario, le recuerdo que la ropa no se coloca, se pone; la gente no se coloca furiosa, triste, nerviosa o alegre, sino que se enfurece, se entristece o se alegra, incluso se pone en cualquiera de estos estados emocionales; el sol tampoco se coloca; ni podemos colocar atención, sino prestarla o ponerla, las inyecciones se aplican; las palabras y las oraciones de un texto se escriben, tampoco se colocan; los ejemplos (este mal uso se lo escuché a un linguista graduado, profesor universitario) se citan, traen a colación, utilizan, ponen o emplean. Estos son solo algunos resultados de la coloquitis. http://ponentodos.blogspot.com/
Afectuoso saludo,
Alex González Grau
Psiquiatra AdjuntoCASM Benito Menni
C/ Dr. Pujadas, 38
08830 Sant Boi de Llobregat, Barcelona
Móvil 669161873
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