Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

sábado, 31 de enero de 2009

La columna de Angelita

Mundo moderno

La estupidez tiene alas
Pensarán que tengo un ex novio piloto o que soy azafata frustrada o algo, pero les juro que mi alegadera contra las aerolíneas es simple defensa propia. Y no vayan a creer que la escala es 1:1 (una agresión = una columna). Las aerolíneas van ganando, y por mucho.
Pero esta columna no es en contra de las aerolíneas, sino de los que diseñan y dotan los aviones. Verán, en mi vida cotidiana, mi tamaño (vertical) no es un estorbo. Es más, la mayoría de los pantalones me quedan grandes, normalmente tengo que empinarme un poco para alcanzar el timbre del bus, mis pies rara vez alcanzan el piso en las sillas de cines o restaurantes y paso sin agacharme por casi todas partes. Se podría decir que parezco diseñada por la Renault: compacta y curvilínea.
Pero este chasis que cabe confortablemente en el resto del mundo parece ser demasiado para los aviones. Lo curioso es que todos lo son. En otras palabras, nadie está a sus anchas en un avión. Los aviones parecen diseñados por la misma gente que hace las camisetas que dicen “una talla para todos”, que en realidad significa “este corte no le luce a nadie”. Parece que tienen micropsia y creen que están construyendo la flota de Air Lilliput.
Lo grave es que no se limitan a hacer las sillas estrechas, sino que además incluyen una función para estrecharlas más. El famoso botón para reclinar el espaldar de la silla no es más que una manera fácil y práctica de invadir el espacio del de atrás. Y al menos yo creo que esa no debería ser una decisión unilateral. Por cada botón reclinomático debería haber una palanca enderezomática. Si esto existiera, a lo mejor me hubiera evitado el disgusto que tuve antier cuando tuve que ir al baño porque la silla tan estrella no dejaba que mi vejiga almacenara más de diez milímetros cúbicos a la vez y me tenía que apoyar en la cabecera de la silla de adelante para tener soporte mientras hacía el movimiento pélvico necesario para liberar la porción media de mi cuerpo de las garras de poliéster de la trampa que era la K15. El tipo tenía el descaro de ufearme (ver ufear. verbo. Dícese cuando alguien dice uf con la intención de indicarle a otra persona que está inconforme.) porque le movía la cabecita, que por cierto estaba a centímetros de mi nariz de tal manera que para entretenerme en el vuelo le puse nombres a los cuatro pelos que tenía. Pero sigamos.
Además, creo que debería haber más clases. En este momento sólo hay primera clase y clase ejecutiva, pero siento que hacen falta algunas subcategorías. Para empezar, debería haber clase ejecutiva con y sin hijos y esta a su vez dividida en lustros según la edad de los hijos. Así, la gente que tienen niños menores de 5 va en una parte; los de 5 a 10 en otra, y los adolescentes en otra de tal manera que todos queden lejos de mí. Así tal vez no me vuelva a tocar con el niñito más cansón —que no sé si coincidencialmente o no era el muchachito más cabezón que he visto en mi vida— que no hizo sino poner los pies justo debajo del aviso que reza FAVOR NO PONER LOS PIES. Pero cómo iba a saber si la mamá estaba descalza y limándose las uñas. A ver: esta nave sí flota, pero no es una flota.
Y finalmente, pienso que podríamos mejorar un poco la oferta del servicio abordo.
Hay gaseosa, agua y jugos, pero creo que debería ofrecer Prozac, Xanax, Zoloft , Dormicum en cápsulas, dardos, pomadas...

jueves, 29 de enero de 2009

Cuenticos griegos 2

Cuenticos griegos

Contados a lo paisa por Carlos A. Cadavid Arango. Esta vez a la versión infantil de algunos miembros de Consulforo

Perseo y Dánae

¡No hay primera sin segunda,
me dijo doña Facunda!
¡y no hay Medusa sin Perseo,
me dice don Eliseo!

—¿Y eso, muchachos? ¡Ajá!, ¿lo escribieron al alimón el Rosco y Perico antes de irse? Vea pues que muchachos tan inspirados. ¿Y que Rosquito se fue porque iba a meterse en la rosca paisa? ¡Ay manece y no lo prueba! ¿Y el versito era pa que les acabara de contar lo de Medusa y Perseo, y se fueron? Quién los entiende, pues.

—Bueno, este cuento de Perseo de pronto nos queda muy largo porque tiene las historias de Dánae, de Medusa y de Andrómeda, pero es un cuento de aventuras muy bueno, así que se quedan callaos, sin interrumpir, o me embejuco como Abelito… ¡Horacito, no moleste a Gloria Patria, que se enoja Marianita!... Y recuerden bien la historia de Medusa, pa no tener que repetir.



—Lo de Perseo hay que contalo empezando por la mamá. Qué les parece que Aganipe y su esposo Acrisio, el rey de Argos, tenían una hija muy bella llamada Dánae, pero querían saber si iban a tener un hijo varón pa poder entregale el trono, porque en ese tiempo las mujeres no podían ser reinas… si, Manuelita, un macho, pues. Pa saber eso le consultaron al oráculo, pero el adivino les contestó que no iban a tener un hijo, y además le dijo a Acrisio que el nieto lo iba a matar. El rey se pegó tremenda asustada y dijo que nada ni nadie volvía a tocar a la muchacha, así que la encerró en una torre, en una celda con puertas de bronce y custodiada por perros salvajes, y controlaba hasta el agua, no fuera que le llevaran aguas del río Kununurra o de la quebrada Ayurá. Con lo que no contaba el pobre Acrisio era con esos dioses que tenían, todos ganosos y llenos de trampas, y menos se iba a imaginar que Zeus, el rey de los dioses, se había enamorado de Dánae. Zeus, pa poder estar con ella se disfrazó de lluvia de oro…

—Si, si, algo así como monedas… ¿Qué? ¡No sea malpensado, Horacito, y deje seguir contando!

Entonces Dánae quedó esperando, y cuando el papá se dio cuenta, se enfurruscó de tal manera que misiá Aganipe no pudo calmale la calentera y el miedo que tenía, y cuando vio que mandó a hacer un baúl grande de madera y metió ai a Dánae y al niño, le decía que qué iba hacer, que por Zeus, que no fuera bruto, pero nada, no hizo caso y ¡zuás!, los tiró al mar. Esto que vio papá Zeus, y ai mismito empezó a protegelos y así, suavemente, la brisa empujó el baúl sobre el agua hasta que llegaron al reino de Sérifos, en donde los rescató el pescador Dictis, hermano del rey Polidectes, que los llevó a vivir al palacio, ¿recuerdan que les conté? Al niño lo llamaron Perseo, que quiere decir “destructor”.

Pasó el tiempo y Perseo se convirtió en un muchachote fuerte y valiente, y Polidectes empezó a fijase en que Dánae se conservaba lo más de bien, era un tarrao de mujer, muy hacendosa y buena mamá, pero muy seria, y por muchas carantoñas que el rey le hacía, nada que le paraba bolas, y lo peor, ese muchacho Perseo siempre estaba pendiente della, cuidándola, y él con esas ganas que ya no sabía que hacer. Entonces empezó a maquinar cómo desengüesase dese piernipeludo, pa ver si Dánae, estando sola, le daba un arrimito. Polidectes le metió caletre a la cuestión, hasta que se le ocurrió ponese a decir que se iba a casar con Hipodamia, la hija de Pélope, y que pa no mostrar pobreza, entonces todas las personas de la corte tenían que llevale a la novia un regalo bien, pero bien bueno; entonces, cuando ese muchacho, que no tenía ni una estera propia se apareció sin nada, le dijeron que cómo era eso, que tenía que llevar algo, que si era tan macho por qué no llevaba la cabeza de Medusa, y en fin, que con ese cuento tan reforzao el muchacho cayó y dijo que si, que la iba a traer. Como les conté, a Polidectes casi se le salen los ojos de la felicidá, ¡no podía creer que hubiera caído!, así que lo animó bastante pa que se fuera.

Entonces, viendo Zeus lo que iba a hacer su muchacho, mandó a Atenea y a Hermes pa que lo instruyeran y lo ayudaran y no le pasara nada. Como ya les dije, le enseñaron a conocer a las gorgonas y a distinguir a Medusa, y el con culillo, pero se aguantaba como todo un macho, y le dijeron que las únicas que sabían dónde estaban las gorgonas eran sus hermanas, las greas o grayas… si, sí, esas, las que eran viejas desde chiquitas y tenían un solo ojo y un solo diente pa las tres, así que mientras una los usaba, las otras dos dormían… claro, el susto era pior, pero se sintió un poco más tranquilo cuando Atenea le prestó su escudo tan fino y brillantico… si. Jorgito, la égida… y Hermes le dio una espada finísima que no se rompía ni había que afilala. Además, las grayas le dijeron dónde podía encontrar a las náyades, que le prestaron unas alforjas mágicas, el casco de Hades pa que pudiera ponerse invisible, y las sandalias con alas… si, las talarias o tálares, Manuelita. ¡Caramba, cómo aprendieron estos muchachos! Por cierto, leí por ai que las grayas solamente las mencionan en la historia de Medusa.

—Bueno, y como ya saben tanto, recuerden que él pudo volar hasta donde estaban las gorgonas, y con las cosas que llevaba, usadas con inteligencia y habilidad, logró lo que se proponía, y recuerden que de la sangre de Medusa nacieron el gigante Crisaor y ese caballo con alas, Pegaso, en el que se montó y salió volando pa que no lo agarraran las hermanas de la difunta. ¡Tremenda ñapa!

Pegaso volaba y Perseo iba pensando que como ya tenía lo que había ido a buscar, lo mejor era entregar esa cabeza a Polidectes, y devolver las cosas mágicas que le habían prestado, porque bien honrao si era, y sabía que no debía ponerse a fregar con poderes especiales que no eran de él, pero mientras pasaban sobre los desiertos, donde no había nada, pero nada que tuviera vida, del morral cayeron unas gotas de sangre de la cabeza… si, bueno… los alacranes y las serpientes… si, en el mar esos peces parecidos a culebras y que llaman morenas… ¡Qué bueno que se acuerden! Y también dicen unos que hasta convirtió a Atlas en montaña porque le dio lástima no poder ayudalo a seguir sosteniendo el mundo.

—¿Qué? Si, Malusita, él llegó adonde las gorgonas volando con las talarias.. ¿Y porqué siguió en Pegaso? Que buena pregunta… vea mija, por ahí leí que ese cambio lo hicieron los artistas del Renacimiento porque Perseo se veía más bonito montado en un caballo con alas que dando zancadas con unas quimbas voladoras.

—En fin, ya cuando iba volando sobre las costas de Filistia también tuvo tiempo de librar a Andrómeda y casase con ella. Al fin llegó a Sérifos, y encontró que mamá Dánae se había tenido que esconder con Dictis en un templo de Atenea porque ya no se aguantaba las impertinencias y carajadas de Polidectes, y pa acabar de ajustar, el rey y ese montón de lambones que tenía no le creyeron a Perseo y se burlaron…

—¿Qué? ¿Que lo estoy terminando a machetazos y faltaron muchas cosas? ¡Ah! Andrómeda… si, el abuelo también… bueno, entonces mejor después les cuento lo de Andrómeda y lo qué le pasó al abuelo… si, a Dictis también. Ahora vámonos a tomar un zumito de mandarina, que me tengo que ir a hacer unas vueltas.



Carlos A. Cadavid Arango
Medellín, enero 23 de 2009

martes, 27 de enero de 2009

Gazapera histórica 2

Ex

Lo que está escrito con negro en esta nota corresponde a la fecha de la cita; lo que está escrito con verde, al comentario que hago hoy en día con respecto al desarrollo histórico de la misma a partir de la fecha mencionada y a su proyección al futuro.

Esperanza Talero (91-07-05).

Hace algunos días usted presentó una nota referente centenario al natalicio del doctor Mariano Ospina Pérez, y se refirió a él mediante el uso del título de ex presidente.

Cuando una persona deja de ocupar un cargo de alta dignidad utiliza la preposición latina ex antepuesta al nombre del cargo mientras vive, a partir del momento de su muerte se deja de utilizar tal preposición para referirse a esa persona. Por la razón expuesta, usted debió hablar del natalicio del presidente Mariano Ospina Pérez.

Si la persona muere mientras ocupa el cargo cobra más fuerza la aseveración anterior, y por tal motivo no se dice el ex papa ni el ex rey debido a que generalmente quienes ocupan esos cargos mueren con esa de dignidad. Cometen error los que hablan de la conmemoración de la muerte del ex gobernador Antonio Roldán Betancur o del ex ministro Rodrigo Lara Bonilla.

Lo que yo escribí en aquella fecha, y reitero hoy en día, no se encuentra en la Gramática ni en el Diccionario ni en el Depedé. Se trata de un protocolo que se ha ido perdiendo y tiende a desaparecer por el desinterés y la inadvertencia de los usuarios. Juan Pablo segundo, por ejemplo, ya no es papa, pero nadie habla del ex papa Juan Pablo II, se habla del papa Juan Pablo II. Ahí está el protocolo. Repito, para evitar críticas: no es norma gramatical. Nadie habla del ex libertador Símón Bolívar.

En los tiempos de la redacción la partícula ex era considerada preposición latina, en la edición XXI, de 1992, apareció como preposición anexada a nuestra lista de preposiciones, y en la edición XXII nos dice que se trata de un adjetivo.

Resulta que don Ciro Alfonso Lobo-Serna, profesor de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, ha enseñado que no hay tal preposición ni tal adjetivo, sino que se trata de un prefijo (con valor de preposición, pienso yo, lo que antes se llamaba preposición inseparable) asimilable a vice-, sub- y similares: vicepresidente, vicerrector, subgerente.

A pesar de que encuentro lógico su argumento, en eso he sido obediente a la Academia: siempre he preferido la forma separada, desde cuando se llamaba preposición latina hasta nuestros días.

Hablemos, entonces, del presidente Carlos Lleras, del senador Víctor Renán Barco.

Más adelante saldrán otros aspectos de este adjetivo.

Regalo de AT

Arañita

AT nos envía de regalo esta arañita (pulsar), a condición de que la alimentemos. Para alimentarla se teclea la barra espaciadora y el alimento aparece en el apuntador del ratón. Aún no sé si hace más cosas.

Como esta entrada va quedando atrás la pondré también en los vínculos asociados. Es un buen desestresador ele animalito.

domingo, 25 de enero de 2009

sábado, 24 de enero de 2009

Blog, séptimo mes

Estimados lectores:


Hoy cumple El blog de don Abel 7 meses de su primera entrada y, a pesar de haber casi desaparecido entre los meses de octubre y noviembre, hoy tiene un índice de apertura que me produce sentimientos de gratitud hacia ustedes.

Ayer 23 de enero marco el promedio de aperturas diario llegó a 40, y el máximo de aperturas en este mes se produjo el 15 con 92.

Tales datos me animan a trabajar y a poner todos mis conocimientos allí para la utilización de todos.

Los correos electrónicos que figuran en el perfil están a disposición de ustedes para las consultas que a bien tengan.

Así mismo en el grupo Consulforo (cliquear) encontraran personas que desde hace seis años están intercambiando conocimientos sobre el idioma dentro de un ambiente de sincera amistad.

A los residentes en Medellín y a los que estén de paso les recuerdo la tertulia que hemos institucionalizado para el lunes siguiente al 23 de cada mes. Por ahora y mientras quepamos, en el área de comida de Pollos Pinky con bolsillo adecuado de cada uno. El próximo lunes 26 a las 6:00 p. m.

Gabriel Escobar Gaviria (Sófocles y Abel Méndez)

viernes, 23 de enero de 2009

Vista de lince 56

¿Cuál es el nombre?

Leí completo el artículo del periodista Alejandro Millán Valencia, correspondiente a la foto que les muestro, tratando de encontrar el verdadero nombre de la avenida Jorge Eliécer Gaitán y no lo encontré. Tal vez no lo sabe. Mucha gente de Medellín no lo sabe. La gente se acostumbró a llamarla Oriental y olvidaron el homenaje que se le hizo al pensador político colombiano sacrificado el 9 de abril de 1948, al ponerle a esa avenida su nombre.

Y no es la única avenida o lugar público cuyo nombre haya quedado en los anaqueles de los archivos municipales. Propongo un ejercicio para los medellinenses, que se mantienen tan orgullosos de su ciudad (anticipo que no soy uno de ellos pues nací en un pueblo a 74 km de Medellín: Sopetrán, de padre amagaseño y madre sopetranera), que consiste en tratar de recuperar algunos nombres y recordar otros que ya no están vigentes.

Dentro de una o dos semanas pondré en el blog fotografías de los siguientes lugares de Medellín. El ejercicio consiste en tratar de recordar y, si lo desean, anticiparse en los comentarios de esta entrada para ver cómo estamos en Geografía.

Avenida Jorge Eliécer Gaitán (una que ya sabemos).
Avenida Mariscal Robledo
Avenida San Juan Bosco
Avenida Alfonso López Pumarejo
Avenida Estrada (ayuda el Directorio Telefónico, gran sorpresa)
Avenida Carlos Gardel (facilita para paisas, pero la pongo para animar a los argentinos que me leen)
Calle Tejelo (facilita pa que no se desanimen)
Calle Restrepo (no la Restrepo Uribe ni la Restrepo Isaza)
Carrera Hildebrando Giraldo Parra (facilita para liberales, puede que no para conservadores)
Plazuela de las Américas (huy, difícil y más ahora que se integró con otra más grande y más vistosa)
Plazuela Gustavo Rojas Pinilla (Otra para ajustar el 3)
Cerro de los Cadavides (no de los Cadavid como les dio hoy en día)

No pongo los de las vías que hacen honor a mujeres ilustres de Antioquia, nombradas recientemente, porque todavía no me las sé, pero si alguien quiere soplar, bienvenido sea, y corro a tomar las fotos de ellas porque me parece importante ese aporte.

Tertulia del séptimo mes

Para los amigos de este blog, que residen en Medellín, Colombia, o en su área metropolitana, y para los que estén de paso, les recuerdo que en la reunión del pasado 29 de diciembre se decidió establecer la tertulia mensual el siguiente lunes al 23 de cada mes. Por lo tanto, la próxima tertulia se llevará a cabo el lunes 26 de enero a las 6:00 p. m. en el área de comidas del Centro Comercial Oviedo en El Poblado en las cercanías de Pollos Pinky.

jueves, 22 de enero de 2009

Cuenticos griegos 1

¿Dónde está la cabeza de Medusa?

Contada a lo paisa por Carlos A. Cadavid Arango

—¿Cómo así, Manuelita? ¿Y a usté le gusta la mitología griega? Esas no son cosas pa niñas bien, esos dioses eran unos vagamundos, y nunca se sabía quien con cual, ni en dónde, y a veces ni el cómo, porque cada escribidor contaba su historia como le pareciera.

—¿Que qué, Jorgito? Si, mijito, igual que los paramilitares.

—¿Y por la cabeza de quien está averiguando, Manuelita?, ¿la de Medusa? ¿Y usté si sabe quien era ella? Si, si, era la señora que tenía en la cabeza más culebras que un desempliao. ¿Que por qué esas culebras? Vengan, pues, y les cuento.

Hace mucho tiempo, por allá cuando los griegos tenían un montón de dioses y de héroes, que también eran semidioses, había tres hermanas que llamaban gorgonas, dos de ellas inmortales, llamadas Euríale y Esteno, que eran horribles y tenían culebras venenosas vivas en vez de cabello, tenían manos como garras de bronce, una boca enorme con colmillos de marfil, y dicen que hasta una cola metálica, pero su sangre era curativa si la sacaban del costao derecho, y puritico veneno si se la sacaban del lao izquierdo. ¡Lo que yo no sé es quién iba a traer ese remedio! Bueno, la menor era Medusa, que si era mortal y muy hermosa.

—¡Ah! Si, Jorgito, tenían papás, pero como les dije, uno nunca sabe: unos dicen que eran Ceto y Forcis, y otros dicen que eran Tifón y Equidna. A lo mejor todo dependía de qué devociones tuviera el escribidor.

—Si, Manuelita, también tenían hermanas, eran otras trillizas que llamaban las greas o grayas, que dizque eran viejas desde que nacieron, y no tenían sino un ojo y un diente, que usaban por turnos, y cuando no les tocaba, pues se ponían a dormir. Algunos dicen que las hespérides también eran hijas de Ceto y Forcis, es decir hermanas de ellas, pero otros dicen que eran hijas de Zeus y de Temis, otros que de Atlas y de Hésperis, en fin… ¡pero no me distraigan, que se me va el hilo!

Resulta que la pobre Medusa, tan linda, era un contraste con sus hermanas, que la querían y la cuidaban mucho, pero cuando se atraviesa un dios, uno la lleva perdida, sobre todo con esos dioses griegos, unos ganosos que se alborotaban cuando veían porai una saya, y si la saya la llevaba una jovencita, una sardinita que decimos, pues la cuestión se ponía de parriba, como le pasó a Medusa, que la vio Poseidón y le entró una traga que ni les digo, y empezó a picale el ojo, a tosele, a mandale boleticas TQM, mejor dicho, a llamale la atención de todas maneras, pero nada, esa muchachita no le hacía caso ni porque fuera un dios. Imagínense, ni más ni menos que el dios del mar, de los caballos y de los terremotos. Un día, Medusa se fue al templo de Atenea, a rezale y talvez hasta a pedile que la librara de ese tipo que era un tremendo pájaro bravo y ya la tenía cansada; en esas estaba cuando llegó Poseidón y ahí, en pleno templo, el irrespetuoso ese la violó.

—No, Manuelita, yo no creo que ella le dio nada. Esos que dicen que se dejó seducir debían ser devotos de Poseidón, porque Medusa era muy inteligente y no se iba a poner a toriar a Anfitrite, la esposa, ni a ese montón de amantes que tenía Poseidón, mejor dicho, de mozas y mozos, porque perseguía hasta a los muchachos. Es decir, como que le gustaba de res y de marrano. Lo cierto es que fregaron a la muchachita, y eso no es todo, pues la diosa Atenea, que ya estaba peliada con Poseidón, se puso furiosísima con ese sacrilegio, y ¿quién pagó el pato?, pues la pobre Medusa, claro, porque la Atenea esa no se iba a poner a peliar con otro dios que la podía cascar. ¡Ai mismito le puso una maldición a Medusa y la dejó tan fea como las hermanas, y pa acabar de ajustar, dicen que la diosa Afrodita ayudó con lo de las culebras en la cabeza, pues como dizque era la diosa de la belleza, se moría de la envidia porque la cabellera de Medusa era más linda que la della. Eso sí, como Medusa era la única mortal de las gorgonas, pa que se defendiera le pusieron una mirada calibre 38 que convertía en piedra a todo el que la mirara.

Con esta situación, las tres hermanas, es decir, las gorgonas, resolvieron ise lejísimos, a vivir en un palacio que al poquito tiempo tenía sus jardines llenos de guerreros muertos o convertidos en estatuas de piedra, y empezó a correr la bola de que esas viejas eran terribles, que no se les escapaba nadie, que ni Tirofijo ni don Berna habrían podído con ellas, de manera que todo el que se creía guapito empezó a pensar que si mataban a Medusa, ellos iban a quedar como los más machos del pueblo. Y aquí es cuando aparece un muchachón llamado Perseo, buenmozo, inteligente y lo más de decentico, hijo del dios Zeus y de Dánae, una mortal (engañada, claro, porque ese era el estilo desos dioses)

Bueno, Perseo quería mucho a su mamá Dánae y la cuidaba lo más de bastante. Ellos habían llegado a vivir a la isla de Sérifos, con un pescador hermano del rey Polidectes, que siempre se fijaba cómo estaba Dánae de entera y bien conservada, hasta que le soltó los perros, pero nada, con ese muchacho cuidando a la mamá no había que hacer. Entonces empezó a ver cómo se zafaba de ese estorbo, hasta que logró convencelo pa que le trajera la cabeza de Medusa; cuando el muchacho le dijo que bueno, ¡casi se le salen los ojos de la felicidá!, y claro, lo animó bastante con la esperanza de que Medusa le quitara ese bulto de encima.

—Dejen a Perseo quieto, no me distraigan ahora, a ver yo sigo. Entonces Zeus, viendo que su hijo estaba decidido a ise a matar a Medusa, mandó a Atenea y a Hermes a que le ayudaran pa que no le pasara nada, y cuando ellos le enseñaron a conocer a las gorgonas y a distinguir a Medusa le dio tremendo susto, pero él ahí; como buen macho que era, ni de fundas que iba a mostrale el miedo a nadie. Luego Atenea le prestó su escudo, que llaman también egis o égida, que era de bronce y brillaba como un espejo, y Hermes le prestó sus sandalias con alas, que llamaban tálares o talarias, y también le dijeron que las ninfas de Estigia le podían prestar el casco de Hades pa hacese invisible, y un morral mágico pa echar la cabeza de Medusa. El se las arregló pa conseguir todo lo que le dijeron, averiguó en dónde vivían las gorgonas y allá se fue.

—No, Jorgito, no te confundás, es la égida. Perseo no tenía nada que ver con Mahoma, la hégira es otro cuento. Entonces sigo. Aunque el tenía esas cosas mágicas, se necesitaba ser muy valiente pa enfrentase a esas mujeres tan terribles, y cuando llegó a los jardines del palacio y vio eso tan triste, con esas estatuas de piedra con caras de terror, unos que parecía que iban a salir de huida y otros que parecía que no les habían dado tiempo ni de parpadear, ¡eso si era muy asustador!, pero él siguió. Se encontró a las hermanas dormidas, pero Medusa si se había dado cuenta (dicen que por el olor), y era dándole vueltecitas y tirándole guascazos, a ver si lograba que Perseo la mirara de frente, pero nada, él apenas miraba en el escudo brillante como un espejo, y le hacía los quites hasta que logró darle un tajo que le cortó la cabeza. ¡Y ahí si que ocurrió algo maravilloso! Como Medusa estaba embarazada de Poseidón, cuando le cortaron la cabeza, de ese chorro de sangre nacieron el gigante Crisaor y su hermano, el caballo alado Pegaso. A toda carrera, Perseo se montó en Pegaso y se fue volando, pero volando bien rápido antes de que se despertaran las hermanas de Medusa.

Mientras se devolvía hizo ochas y panochas con esa cabeza, y tan pronto llegó, como era tan decente, ahí mismo se fue a entregar las cosas que le habían prestado y de ñapa, le regaló a Atenea la cabeza de Medusa, y ella, ni boba que fuera, ai mismito la montó a su escudo.

—Si, tenés razón, Jorgito. Homero es el que dice que la cabeza de Medusa estaba en la égida que Hefesto había hecho para Zeus. A lo mejor los otros historiadores son más nuevos y les gustó mejor la historia de Perseo y Medusa, quien sabe. Entonces, ¿les gustó la historia?

—¿Que qué ochas hizo Perseo con la cabeza? Esa es otra historia que después les cuento.

—¿Que te la escriba pa leela en el colegio, Jorgito? ¡No fregués!

miércoles, 21 de enero de 2009

Gazapera histórica 1

Gazapera histórica1

Iniciamos hoy una nueva sección en este blog: Gazapera histórica. A pesar de que el nombre puede dar a entender que se buscarán gazapos en la Historia, no se trata de eso, sino de estudiar los gazapos con los que se inicio hace 17 años, el 29 de enero de 1992, este servidor empezó a escribir la gazapera y su evolución de los primeros años.

Tendremos un retroactivo de 23 gazaperas anteriores a la primera aparición en El Espectador, y hasta más, si logro encontrar un documento que anda embolatado.

El ejercicio va a ser interesante porque podremos comparar lo que se atacaba en aquella época, en la que se tenían como bases la XX edición del Diccionario de 1984 y el Esbozo de una Nueva Gramática de la Lengua Española, y lo que ha pasado con las apariciones de dos ediciones del Diccionario (la XXI en 1992 y la XXII de 2001), la preparación digital de la XXIII, la Ortografía y el Depedé, Diccionario panhispánico de dudas. Además, las dejaremos listas para lo que ocurra con la Gramática de Medellín cuando aparezca.

La metodología que emplearemos será establecer textualmente, el gazapo y el comentario que se hizo en aquella época y agregar ahora otro comentario en el que usaré letra de color para dar la historia de lo sucedido: como que el gazapo ya no es tan común, que perdió vigencia por una aprobación en el Diccionario y apreciaciones personales de este servidor acerca de la lógica y conveniencia de los cambios.

No descarto la posibilidad de toparnos con errores que Sófocles hubiese cometido por inexperiencia o desconocimiento, en lo que me acompañará la sinceridad que siempre me ha caracterizado.

No se establecerá la fecha de aparición del día de la columna, pero sí la de la ocurrencia del gazapo.

Bienvenidos.

Parece ser

Samuel Arango. El Colombiano (91-07-05)

En su caja mágica del 25 de junio pasado dejo escapar dos veces la muletilla que invade, cual virus incurable, las comunicaciones en nuestro país.

Las frases aludidas hubieran quedado mejor: Parece que el gobierno seguirá dominando (…), y parece que terminó el auge.

Parece ser, pareciera y parecería son un trío de muletillas que se resisten a morir, como se verá más adelante por lo repetitivo de ellos. Todas tres se pueden cambiar por parece.

En aquélla carta, que no fue columna, Sófocles pecó de inexperto. Hoy en día la habría escrito así:

Las frases aludidas habrían quedado mejor: Parece que el Gobierno seguirá dominando..., y parece que terminó el auge.

En la que se ven tres cambios muy notorios: el condicional habrían, la mayúscula de la palabra Gobierno y los puntos suspensivos en la primera oración, pues la conjunción y interrumpe la textualidad.

El lince matemático 4

El problema 3, como dice duxtin, no es para plantear ecuaciones. Sólo es de observación. Los buses hacia el Sur deben dejarles nueve minutos probables a los que van al Norte, y éstos, sólo un minuto a aquéllos. De tal manera que los que van al Sur pasan las 7:00, 7:10, 7:20…, y los que van al Norte, a las 7:09, 7:19 y 7:29…

Al no tener hora fija, el joven estadístico puede salir en cualquier punto de los intervalos, de tal manera que el 90 % de las veces lo hará en intervalo mayor y sólo el 10 % en el menor.

El oso del problema 3 es un oso polar y por lo tanto blanco. Parado en el Polo Norte, cualquier dirección que tome el oso será a lo largo de uno de los meridianos y por consiguiente hacia el Sur. Cuando gira a la derecha caminará hacia el occidente a lo largo del paralelo correspondiente a una distancia de un kilómetro del Polo. Siempre se mantendrá a la misma distancia del Polo mientras no cambie de dirección. Al cambiar nuevamente de dirección hacia la derecha y estando a la distancia de un kilómetro del Polo, llegará allí cuando camine el kilómetro indicado. En ningún otro punto terrestre que el oso escoja para iniciar su caminata se cumplirá lo de llegar al punto de partida con las condiciones propuestas.

Problema 5. ¿Qué puede hacer Marco Antonio para equilibrar sus afectos?

Problema 6. ¿A qué equivale 125 si 5 * 3 = 21?

Nota el asterisco representa el signo de la multiplicación para diferenciarlo de la x usada como incógnita de las ecuaciones.

martes, 20 de enero de 2009

Vista de lince 55

La directiva

«Qué bueno que las directivas del Metro y el Alcalde o sus secretarios se dieran una pasada por el lugar para que lo comprueben y pongan coto, antes de que sea tarde». Juan Fernando Echeverri Calle, El Colombiano 09-01-18.

A ver, hombre don Fernando, Mucho tiempo después de haber tratado de convencerte, sin éxito, de que mi primaria la hice allí en Juanambú con Juan Del Corral ahora me corresponde traerte aquí a mi columna para tratar de quitarte un vicio feo contra el que he venido luchando desde hace casi 20 años.

Veamos: Las personas que dirigen los destinos de una empresa, como pueden ser hombres o mujeres, son los directivos de ella. Don Ramiro Márquez, por ejemplo, es el gerente de la empresa Metro de Medellín, Ltda., don Ramiro no puede ser una directiva. No conozco a más personas de las que dirigen esa empresa, pero si alguno de los cargos directivos es ocupado por una mujer, ella sí será una directiva.

¿Por qué tanta gente se equivoca y habla como tú? Porque existe un sustantivo colectivo que se usa en singular para designar el conjunto de personas que dirigen una empresa: la directiva. Ahí sí podemos hablar de la directiva de Metro de Medellín. Entonces tu frase debería ser:

Qué bueno que la directiva de Metro de Medellín y el Alcalde o sus secretarios…

Fíjate que le hice un cambio a la frase: le quite la contracción del y le puse el nombre completo de la empresa porque con la preposición tendríamos que usar el sustantivo común metro con minúscula.

Estoy de acuerdo contigo: qué bueno que se la dieran, pero ¡cuidado con la billetera!

Las generalas


«En el futuro, algunas de ellas podrían ser las primeras generales de la República». El Colombiano 09-01-18.

Quién podrá ponerlas de acuerdo. Mientras unas señoras como doña Florence Thomas en El Tiempo de Bogotá, doña Sonia Gómez en El Colombiano de Medellín, doña Gloria Hurtado en El País de Cali y doña Lucrecia de Fajardo, por ahí preparándose para ser primera mujer de Colombia, insisten en que debemos decir niñas y niños, funcionarios y funcionarias y similares, otras se hacen llamar en masculino con la labor que desempeñan: ingeniero Teresa, medico Marcela y así. Son de especial terquedad las que toman el camino de las armas porque hasta tienen el poder de mando para corregirnos a los que nos atrevemos a llamarlas coronelas, mayoras, capitanas, sargentas o cabas, ¡tremendo lío!

Para los nuevos que no han visto nuestras luchas anteriores, todo iba muy bien. Habíamos logrado que los femeninos de los cargos se independizaran de sus respectivos masculinos y pudiéramos llamar a las ingenieras, a las abogadas, a las médicas, a las juezas a las coronelas y demás en el respectivo género acorde su sexo.

Además se conservaba ese protocolo, aunque arcaico, de llamar alcaldesa a la señora del alcalde; gobernadora, a la del gobernador. Y hasta personalmente este servidor había elaborado una lista completa en femenino de los cargos y dignidades eclesiásticas a causa de la innovación anglicana de llamar al orden sacerdotal y al episcopal a féminas que antes debían contentarse con ser teólogas (que no teólogos) expectantes.

Pero llegó la edición XXII y metió una reversa tan brusca que casi acaba con la caja de cambios. No sólo volvió a lo común a dos géneros de los nombres de los cargos sino que los aconseja: Silvia es ingeniero. Horrible un ingeniero que se llame Silvia. Además establece que yo le puedo decir alcaldesa a la señora del alcalde, pero en charla solamente. Pues no. Cuando me ha tocado inaugurar obras de expansión eléctrica en los pueblos y está la señora del alcalde presente o la de algún concejal, las llamo alcaldesa y concejala, respectivamente y no es charlando.

Acabo de darme cuenta de una gran noticia mientras preparaba este artículo: en el avance de la edición XXIII del Diccionario se volvió a dar reversa y desapareció la ingeniero Silvia. ¡Vamos bien, otra vez! Pero la dicha no es completa: las generalas siguen de generales y las obispas anglicanas siguen de obispos, y las sacerdotisas, dizque sacerdotes mujeres. ¡Qué enredo! Y aunque haya gente que no me quiera porque detecto las inconsistencias de la Real Academia, miremos esta inconsistencia: La papisa no desaparece del Diccionario que habiendo negado la existencia de sacerdotisas y obispas, autoriza que una mujer llegue al papado.

Hace unos años me invitó a almorzar al Batallón de San Pedro de Urabá en Colombia un mayor del Ejército. El hombre sabía de mi inquietud por el idioma y el tema de conversación fue acerca de lo que nos inquieta en este momento. Como si yo hubiera programado el ejemplo hicieron su aparición en el recinto dos hermosas tenientas y se sentaron en la mesa contigua a la nuestra.

—Mire, mi Mayor —le dije—, ¿usted no se siente mal tratando como varón a una hermosura de éstas?

Me concedió la razón. Esperaré que llegue a general para que me ayude en mi cometido.

Como promesa para algún día, repetiré mi lista de dignidades eclesiásticas en femenino desde ostiaria hasta papisa y elaboraré la de militares desde soldada hasta tenienta generala (el mayor grado que ha existido en Colombia, si hay otro superior, agradezco que me lo enseñen).


¿Y dónde está la tilde?


Gazapo campeón

«Distinto piensa el senador del Partido Conservador Manuel Ramiro Velásquez, quien anunció que no aspirará más al Congreso para darle oportunidad a las nuevas generaciones». Paula Agudelo R. El Colombiano 09-01-18.

Darles la oportunidad.


¡Qué tilde tan escurridiza!




Gazapo subcampeón

«El senador del Partido Liberal Luis Fernando Duque, es otro de los que quiere repetir curul». Paula Agudelo R. El Colombiano 09-01-18.

Este gazapo es parecido al campeón: también es de discordancia. Varios senadores quieren repetir curul, Luis Fernando es uno de ellos. Luis Fernando Duque es otro de los que quieren repetir.

sábado, 17 de enero de 2009

Vista de lince 54

Los eufemismos 1

Eufemismo es toda expresión que reemplaza otra venida a menos en el habla diaria. Según la definición de la Real Academia es una manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

Las expresiones que pierden categoría dentro del idioma pueden ser desde una simple preposición hasta una frase completa. Las causas pueden ser de diversa índole como creencias populares, reemplazo de una palabra que ha llegado a ser obscena y diferenciación entre el lenguaje vulgar y el culto.

La misma palabra vulgar es de por sí una de esas que han llegado a significar lo que no es: Vulgar es lo propio de la gente inculta (vulgo), mas no lo obsceno como en algunas regiones de nuestro país se tiene.

No todos los eufemismos son justificables y algunos no tienen bases reales. Hablábamos del caso de una preposición. ¿Quién no ha sido corregido por el mesero de alguna cafetería al solicitarle un vaso de agua? La respuesta no se deja esperar: Hay vasos de vidrio, los hay de plástico y hasta de icopor, pero ¿de agua? y en tono catedrático le asegura que el vaso es con agua. El improvisado gramátiquero desconoce la lista de usos de la preposición de, entre los cuales está la de denotar el contenido de un recipiente.

¿Qué tal el verbo poner cuyos 44 significados pasan al verbo colocar porque no ponen sino las gallinas? Me consta que hasta a ellas ya les está dando pena poner huevos y algunas lo dejan caer. Eso que los astrónomos pueden estar pensando seriamente en llamar Colocante a lo que antes era Poniente, el sitio occidental de cada región por donde se oculta el sol.

Nombres de oficios como los de sirvienta, celador y chofer, otrora tan comunes y nada despectivos ya ni se pueden mencionar delante de quienes los ejercen porque los consideran insultantes. Y en ese mismo camino va los oficios de secretaria y vendedor desde que a las de los ejecutivos les dio por hacerse llamar asistentes y éstos pasaron a ser asesores comerciales.

Entre los adjetivos sustantivados encontramos principalmente la desaparición paulatina de los ancianos y de los negros. Los unos son adultos mayores y los otros afrodescendientes. Son muchos los municipios del país en los que se ha reemplazado el antiguo asilo de ancianos por la casa del adulto mayor. Yo sostengo que todos los adultos son mayores pues la mayoría de edad es a los 18 cuando apenas se está saliendo de la adolescencia. Y en cuanto a los negros apoyo una campaña que conocí en Urabá, región colombiana que limita con Panamá, según la cual debe quitársele la negatividad al adjetivo negro cambiando expresiones como aguas negras por aguas residuales, obra negra, por obra inconclusa. Razón tienen.

Entre las frases, una que circula entre profesores y conferencistas en el sentido de que no ser les puede preguntar a los estudiantes o asistentes si entendieron que dizque porque eso es dudar de su inteligencia y hay que cambiar la pregunta por ¿me hago entender? Desesperante. En más de una ocasión he tenido que pedir que por favor me pregunten si entendí.

Y la de moda: la equidad de género según la cual hay que mencionar siempre a las mujeres porque dizque generalizar las traumatiza y esto lleva a hablar de niños y niñas, colombianos y colombianas y hasta en la iglesia dicen hermanos y hermanas.

Los usuarios de este nuevo dislate caen en contradicciones como la de sólo feminizar los sustantivos y no los adjetivos ni los pronombres, como por ejemplo: queridos hermanos y hermanas o de mencionar siempre de primero el género masculino con lo que no se consigue la tal equidad buscada.

Un buen uso del Diccionario y un conocimiento de las reglas de nuestro idioma hacen que podamos disfrutar de su belleza de nuestro despojándolo de tanto melindre innecesario.

Sófocles

viernes, 16 de enero de 2009

Vista de lince 53

Los pros y los contras

«Al respecto, el alcalde de Linares, Rolando Renteria, entregó la posición del municipio respecto de esta situación, señalando que “tuvimos una reunión con los ingenieros encargados de la iniciativa, donde analizamos los pro y los contra de este gran proyecto, pero la verdad es que existe una ley que protege los tres metros cúbicos de agua que debe mantener como mínimo el río, lo que es mucho más agua de la que esta pasando hoy por el Achibueno». Blog no a las centrales en Achibueno

Este error de usar en singular las palabras pro y contra consiste en adverbializar una expresión que consta de dos sustantivos. Si yo tengo dos argumentos que favorecen una actividad tengo dos pros o dos proes, son válidos ambos aunque el Depedé, Diccionario panhispánico de dudas niega el segundo; si tengo dos argumentos que la desfavorecen, tengo dos contras. Entonces lo que el alcalde de Linares, Chile, Rolando Rentería (con tilde, señor bloguero), analizó con los ingenieros encargados fueron los pros y los contras o los proes y los contras del proyecto.

El prefijo

«Gratis súper rápido servicio de Internet». Página Web del hotel La Casa Medellín.

De esos errores que alguien empieza a usar y muchos los siguen, encontramos el mal uso del prefijo super- para formar superlativos. No se trata de un adjetivo separado y con tilde por ser considerado grave terminado en consonante distinta de n y s. Como prefijo debe usarse unido a la palabra primitiva: superrápido, es natural que en esta palabra se tienda a pronunciar las dos erres como pertenecientes a diferentes sílabas: su-per--pi-do en vez de su-pe-rrá-pi-do.

Por otro lado. Qué mal le ha hecho al idioma la nota que trae el Depedé acerca de la mayúscula de internet. Dice que funciona a modo de un nombre propio. No he visto argumento más ilógico. La internet es un medio de comunicación como lo es la radio, la televisión, el cine, el ferrocarril y muchos más. Todos van con minúscula y ninguno funciona a modo de nombre propio. ¿Por qué tiene que funcionar a modo de nombre propio la internet? Véase Vista de lince 15 del 19 de julio de 2008

La cifra


Una de las palabras comodín que tienen los periodistas es la palabra cifra. Tiene, entre los profesionales de la palabra, muchos significados que no están en el Diccionario. Uno de ellos es el que muestra la foto. Cifra no significa cantidad de cualquier cosa. Cuando significa cantidad es sólo de dinero: El automóvil vale €30.000 pero yo no tengo esa cifra.

Dos de ADN

ADN es el nombre de un periódico colombiano que reparte gratis la Casa Editorial El Tiempo, propiedad de la multinacional Editorial Planeta.

Otro prefijo


En el título mostrado la palabra posnavidad. Y mejor postnavidad va sin guion intermedio.

Clic


Apuesto a que la cámara de cualquiera hace clic sin pronunciar la inexistente k.


miércoles, 14 de enero de 2009

Vista de lince 52

Doméstico, ni tan doméstico II



Mi amigo Francisco Jaime Mejía Garcés, profesor de la EIA nos entrega otro enfoque del anglicismo doméstico (por favor, cliquear la palabra).

Fotografías de AT


Curiosa






Inocentes palomas

Vista de lince 51

Doméstico, ni tan doméstico
Transcribo un mensaje de mi amigo Gustavo Patiño Díaz
Hola, Sófocles:

Con el tema de los precios de la gasolina, ha proliferado en los periódicos y noticieros el anglicismo doméstico, en lugar de nacional, local o interno. Hoy (domingo 11 de enero), el prestigioso columnista Armando Montenegro, en su columna Contra la gente, lo usa dos veces: Después de que cayó el precio internacional de la gasolina, el precio doméstico se mantuvo inalterado y Así, de un golpe los precios domésticos hubieran caído… (en esta oración, además, prefiero habrían, en lugar de hubieran, pero esa es harina de otro costal).

Como ando desocupado en estos días, hice un pequeño ejercicio: en el buscador interno de la página de El Espectador digité doméstico. Aparecieron, como era de esperarse, cientos de artículos, y miré los primeros cien (claro que no me sobra tanto tiempo: el buscador los muestra resumidos y con la palabra en cuestión resaltada).

De estos cien artículos (el más antiguo fue publicado el 11 de abril de 2008), el uso influido por el inglés aparece en 51. Por supuesto, pulula en la página de negocios (mercado doméstico, precios domésticos, etc.) y en la de deportes (campeonato doméstico, casi siempre). Además, le cuento que sus colegas columnistas nos regalan este anglicismo con mucha frecuencia:

· Alejandro Gaviria, en Proteccionismo empobrecedor: aumento del precio doméstico.
· Andrés Marocco, en Encargos: el torneo doméstico.
· Arlene B. Tickner, en Implicaciones mundiales de la crisis: su influencia en el exterior o perder su control doméstico; en El derrotero de la Organización de Estados Americanos: El hecho de que muchos de los problemas más apremiantes sean de carácter doméstico constituye una barrera adicional a la acción multilateral; en La (anti)diplomacia del computador: Mientras las divergencias políticas sigan usándose en función del panorama doméstico.
· Armando Montenegro, en Ayer y hoy: impacto negativo en el escenario doméstico; en Los Juegos: la esperanza: los gobiernos tratan de afianzar su poder doméstico.
· Eduardo Sarmiento, en ¿Es el modelo ideal?: que el alza de los precios internacionales impacte en su mercado doméstico; en El estado social de Bogotá: los enormes excedentes […] se congelan en el exterior y en el mercado financiero doméstico; en El disparo del petróleo: diferencia entre el precio internacional y el doméstico; en El desplome de la economía: se destinan al sector petrolero y vienen a sustituir el ahorro doméstico.
· Fernando Carrillo Flórez, en ¿Cuál reforma a la justicia?: “polémica cuyo epicentro doméstico es la doble instancia para los congresistas investigados (pero en su favor podemos decir que el Congreso parece una cocina).
· Hernán González Rodríguez, en Nubarrones para 2009: exceso doméstico en los precios; en Grietas en la industria textil china”: tanto por los problemas del mercado doméstico como de los mercados internacionales”; en La presidencia de Barack Obama: promesas de campaña que no podrá cumplir Obama ni a nivel doméstico, ni a nivel internacional (con doble a nivel para completar); en Devaluación del dólar y outsourcing: tanto para el consumo doméstico como para exportar.
· Humberto de la Calle, en Más goticas, doctora, por favor: la amnistía ha dejado de ser un asunto doméstico.
· Iván Mejía Álvarez, en Se juega mal: la mediocre calidad del fútbol doméstico (bueno, si está hablando del que jugamos en el patio de la casa, sirve).
· Julio César Londoño, en Pesadilla sin fin: A nivel doméstico el menú es sustancioso (vuelve a nivel).
· Patricia Lara Salive, en Papá Obama: emprende un vuelo doméstico.
· Sergio Otálora Montenegro, en Se busca vivo o muerto: ha dejado de ser un problema doméstico, para convertirse en factor de conflicto entre varios gobiernos de la región.

(Empate en el primer lugar: Eduardo Sarmiento y Hernán González Rodríguez, con cuatro aportes cada uno.)

A Patricia Lara y al 99% de los agentes de viajes no sobra recordarles que, como dice Álex Grijelmo, los vuelos domésticos son los que van de la habitación a la sala (con escala en la cocina) y a los periodistas de negocios bien les convendría saber que el mercado doméstico (aquel cada vez más escaso que hacemos en Corabastos, Cafam o Éxito) no es lo mismo que el mercado nacional.

Con ese 51% algunos dirán que el uso ya debe imponerse (recordemos las últimas acepciones que el DRAE añadió en ignorar y en evento), pero no lo creo. ¿Qué hacemos, Sófocles, con frases como la que oí en un noticiero: En Colombia, la recesión impedirá invertir lo mismo que el año pasado en gastos domésticos? Debido a la proliferación de este anglicismo, esta oración no es suficiente para saber si el periodista se refería a que los colombianos no podremos remodelar la casa o a que el gobierno colombiano ya no podrá invertir la misma cantidad en hospitales, colegios, vías, etc.

Bueno, me extendí demasiado (será el exceso de tiempo doméstico en esta época).

Un saludo de un lector asiduo, y que en este nuevo año la cacería de gazapos sea fructífera.

Gustavo Patiño Díaz
Chicago, Estados Unidos

P. d.: Olvídese de aquellos que no hacen más que criticarlo en el foro de su columna.

martes, 13 de enero de 2009

Vista de lince 50

El lince



Vista de lince 49

¡Qué jartera!
Sófocles,
Tiempo hace que no le escribía. Afortunadamente hoy tengo un poco de tiempo libre. Leo en su columna del día de hoy (martes 13 de enero de 2009) que habla de la pocilga de cerdos como una redundancia, aunque las dos palabras. Ahora bien, en varios libros de teoría jurídica leí algún tiempo la expresión "ejemplo paradigmático", e inclusive yo la usé algún día. Como quiera que paradigma es un ejemplo, siempre leí la expresión como ejemplo ejemplar, pero ahora no sé si hay redundancia como en la caballeriza de caballos.
De otro lado, en la columna de ayer de Felipe Zuleta, éste dijo: " ¡Qué hartera produce la doble moral de nuestra sociedad!". Ya que hartera no está en el DRAE me pregunto si lo mejor hubira sido decir jartera.
Ronald Rico Sandoval
Y eso que me falto el uñero en la uña.

En cuanto a la hartera. ¡Qué jartera! Vamos por partes:

Parte I. Hartera si existe en el Diccionario, aunque usted, estimado Ronald, no la encuentre así como tan fácil. Explico:

La palabra harto existe y existe el sufijo -era. Resulta que no todas las palabras compuestas o derivadas tienen que aparecer en el Diccionario para ser castizas y aceptadas por la Real Academia Española.

Esta norma, tan sencilla ella y fácil de aprender, es saltada por los gramatiqueros de oficio que se meten en unas discusiones como la que ha existido por mucho tiempo acerca del adverbio desafortunadamente y su adjetivo desafortunado que es rechazado por tan inoportunos personajes porque no lo ven en el Diccionario y obligaban a usar infortunadamente que sí ha figurado siempre. Como afortunadamente para unas cosas y desafortunadamente para otras, La Real Academia no pelea con nadie, puso en la última edición del Diccionario el adjetivo desafortunado para que compitiera en gustos con infortunado que ya moraba en esas páginas. Es curioso que el adjetivo infortunado quedó dependiendo de dsafortunado, pero aún no aparece el adverbio. Inconsistencias académicas.

Pero me estoy yendo por las ramas y debo aterrizar:

El adjetivo harto tiene cuatro significados, el primero de los cuales es el que nos ocupa: 'fastidiado', 'cansado', mejor dicho 'jarto'. No, perdón, no nos metamos todavía con 'jarto', que ya sé por dónde voy a llegar, camino por el cual ya he sido anatematizado por un gramatiquero de los que menciono.

El sufijo -era forma sustantivos femeninos según cuatro usos, el cuarto de los cuales nos viene como anillo al dedo: 'señala defecto o estado físico´ y pone como ejemplos Cojera, cansera, borrachera, sordera.

–¡Qué jartera!

–Que todavía no, hombre.

Rebus sic stantibus, podemos concluir que hartera es castiza aunque no se encuentre en el Diccionario.

Parte 2.

¡Qué jartera!, ahora sí.

¿Cómo vamos a justificar nuestra jartera si jarto tampoco está en el Diccionario?

La Jurisprudencia, hombre Ronald, la Jurisprudencia.

¿Para qué le explico a un abogado qué es la Jurisprudencia si, por el contrario, yo como ingeniero, a lo mejor, no comprenda todo lo que la Jurisprudencia puede alcanzar?

Si estoy equivocado me corriges. Hay en español algunas palabras que empiezan por h y que los colombianos, al menos nosotros, preferimos pronunciarlas con una h aspirada como la de los gringos que fácilmente se nos convierte en j. Entre ellas halar (verbo que únicamente se conjuga con h en las puertas de los bancos), harto, hopo, hoyo (ésta en el habla campesina) se me ocurren esas cuatro, por ahora, pero son suficientes. De esas cuatro, dos cohabitan en el Diccionario con sus similares con j: jalar y jopo.

Y si eso pasa con dos de ellas y es legal ¿qué razón hay para que no pueda ser para las demás?

Reporte nocturno de daños

Reporte nocturno de daños

Era uno de los últimos sábados del mes de enero de 1984. Me desempeñaba como jefe de Zona Oriente de EDA, Empresas Departamentales de Antioquia, hoy Edatel. A mi cargo estaban el mantenimiento y operación de los sistemas telefónicos de los municipios del Oriente antioqueño tanto los cercanos a Medellín, como los lejanos. La diferencia entre unos y otros eran las plantas, Mientras en los segundos continuaban operando las plantas semielectrónicas instaladas a principios de la década del 70, en los primeros habían sido reemplazadas por novísimas plantas electrónicas digitales.

Con estas plantas EDA se había constituido pionera de las plantas electrónicas en el país, como ya lo había sido en las plantas semielectrónicas Pentaconta, y como después lo fue en la telefonía móvil para vehículos, en los teléfonos públicos inteligentes y en el canal regional de televisión, hoy Teleantioquia.

Pero esas plantas no prestaron servicio eficiente en sus principios, fueron adquiridas en un país europeo a una empresa cuya actividad principal eran los transformadores de potencia eléctrica, no la electrónica. Con mucha frecuencia se salían de servicio y era necesario ir hasta la planta a recargar el programa. No daré aquí todo el procedimiento por no ser de interés para todos los lectores. En mi zona, tenían esas plantas los pueblos cercanos a La Ceja: Guarne, Marinilla, El Santuario, Carmen de Viboral, La Unión, La Ceja, La Fe (corregimiento de El Retiro) y El Retiro.

Tenía por costumbre, por ahí a eso de las 9:00 p. m. marcar cada teléfono de pruebas desde mi oficina o desde mi apartamento. Claro que a esa hora ya no había quien contestara, pero era una prueba que yo hacía de cada planta, la que no me devolviera el repique estaba por fuera. Entonces yo tomaba el carro que me asignaron, un Nissan, con la pata dura de no sé cuántos choferes que había tenido durante sus ocho años de vida en la Empresa, y me iba hasta la respectiva planta a echarla a andar. El promedio de distancia de las siete plantas distintas de las de La Ceja es de 35 km. Eso lo hacía con el objeto de que el pueblo tuviera teléfono en la noche y no esperara hasta el otro día. Eran días de mucha seguridad y yo no sentía temor de andar solo por esas carreteras de Dios hasta en altas horas de la noche. Varias veces me tocó recoger accidentados y llevarlos al hospital más cercano.

Aquella noche de sábado me disponía en mi oficina a realizar mi chequeo telefónico cuando sonó el teléfono y lo contesté. Una voz femenina sin saludarme y sin ningún preámbulo me dijo:

–El Santuario está por fuera –y colgó sin darme tiempo de preguntarle más datos.

Yo pude haber marcado el teléfono de prueba de El Santuario para comprobar, pero no lo hice, tal vez por la preocupación que me dio saber que tenía que viajar a esa hora a El Santuario en el carro asignado, que además del deterioro por los años de trabajo estaba con llantas malísimas. Esas preocupaciones que no lo eran en otras circunstancias, se presentaron por el hecho de que Marcela, mi hija que estaba cercana a cumplir ocho años, estaba conmigo, y me asaltaba el temor de que me varara con ella en horas de la noche solo, por tanto, me vi obligado a pensar en un acompañante.

Amparo Jaramillo, la operadora, tenía un sobrino de unos 17 años que a veces la acompañaba en la central por las noches, y era aficionado a la mecánica. Cuando yo llegaba en el carro y él se encontraba en la central, examinaba el vehículo y me daba algunos consejos acerca de trabajos que debía hacerle. Por lo general, era acertado por lo que yo le fui tomando confianza. Sería, entonces, el compañero ideal para aquella ida a El Santuario. Ahora faltaba encontrarlo.

Eché varios repuestos para la planta de teléfonos de El Santuario, y sin acordarme de hacer el chequeo de las otras plantas me fui a buscarlo a la casa, en compañía de Marcela, y no lo encontré. Me entró la corazonada de que tal vez estuviera en una de las bombas de gasolina y me dirigí a la más cercana: la de la salida para La Unión. Allí estaba, ni corto ni perezoso se montó al carro y emprendimos el viaje hacia El Santuario.

Iban a ser las 10:00 p. m. cuando tomamos la carretera de Rionegro. Había un tráfico más bien nutrido como correspondía a una noche de sábado. Cuando de pronto nos encontramos con un taco de carros. En una bajada los carros iban muy despacio y en una obra de cañería se dificultaban en pasar. Los que iban y los que venían paraban en esa obra unos instantes y luego hundían el acelerador como alma que lleva el diablo. Cuando me toco el turno de llegar a la obra vi una camioneta Ranault 12 al revés, con las llantas mirando al cielo, el motor metido dentro de la cañada

Comprendí que había ocurrido un accidente y paré. Al lado de la camioneta estaba un joven sin camisa y con el pantalón empapado, a su lado una joven como teniéndose el brazo izquierdo con la mano derecha y con la ropa empapada. Pensé que se habían ido a la cañada y que por eso tenían la ropa mojada, pero cuando me acerque a ellos el olor a gasolina era enorme y me contó el joven que el tanque de la gasolina se les había derramado en sus humanidades y que él se había quitado la camisa porque la gasolina le quemaba la piel. La joven no había hecho lo mismo por el pudor femenino, pero ya la piel le empezaba a arder porque el baño con gasolina fue total, ella me dijo que sentía el hueso del brazo roto (el húmero) y efectivamente lo estaba. Al novio no le había pasado nada. Aunque no les pregunté cuánto hacía del accidente, el hecho de que la ropa aún estaba mojada de un líquido tan volátil, señalaba que había sido hacía pocos minutos.

Procedí a pasar todos los repuestos para la parte de adelante del Nissán y a Marcela. Subimos a la joven al carro y entre el sobrino de Amparo y yo le quitamos la ropa y tuvimos que romper la blusa a causa del brazo roto. Yo le di mi camisa para que se cubriera. El joven también tuvo que quitarse el bluyín dentro del carro y arrancamos para el Hospital. ¡Qué falta de solidaridad tan grande la de los que me precedieron en el paso por el lugar del accidente!

Cuando me vieron entrar tan decido inmediatamente se me acercaron dos auxiliares del Hospital con respectivas camillas en las que se montaron cada uno de los accidentados, Como al joven nada le había pasado usó la camilla para poder cubrirse con la sábana. La joven cuando se vio cubierta me devolvió la camisa. Yo puse las respectivas ropas en las camillas y se los llevaron. Marcela, mi acompañante y yo nos montamos al carro dimos reversa sin hablar con nadie y continuamos nuestro viaje Hacia El Santuario.

Iban a ser las 11:00 p. m. cuando llegamos a nuestro destino y, por supuesto, ya la operadora no estaba, pero yo tenía llave de la central y desde que miré la mesa de operadora con todas las señalizaciones en orden me di cuenta de que no había daño, subí al segundo piso donde estaba la planta y estaba trabajando a las mil maravillas.

Sólo ocho teléfonos pertenecientes a una misma tarjeta se habían desconfigurado, una falla también muy común en aquellas plantas, que aunque no tan traumático como la parada total de la planta sí molestaba a los ocho correspondientes de la tarjeta que se desconfiguraba.

Configuré los teléfonos y llamé a las operadoras nocturnas del servicio en Medellín para saber si de allí había recibido el reporte del daño. Me dijeron que no. Desde allí hice el chequeo de las demás plantas con la esperanza de que alguna estuviera por fuera, por lo que entonces yo habría entendido mal el informe. Nada .Las ocho plantas electrónicas de la zona, como un relojito.

No quedaba más que devolverme para La Ceja. Al pasar de nuevo por el Hospital de Rionegro –eran como las 12:10 p. m—. invité a mis acompañantes a entrar para enterarnos de los acontecimientos. Dejamos el carro en el parqueadero pues ya no había argumento para entrarlo hasta Urgencias.

Me localicé a un pariente de uno de los miembros de la pareja accidentada y me contó que el muchacho era hijo de un conocido comerciante rionegrero, muy buen muchacho sin estar metido ni en drogas ni en alcohol, que aún no se sabía qué pudo haberle pasado. Que no se sabía quién lo había recogido: que un misterioso personaje en un Nissan destartalado acompañado de un muchacho y de una niña y que había desaparecido con la misma rapidez con que había entrado. Que fuera como hubiera sido parecía un enviado del Cielo.

–Es verdad –asentí yo–. Hay personas que de pronto reciben órdenes extrañas que al cumplirlas redundan en el bien de otras personas.

Me despedí de mi interlocutor satisfecho del desenlace de la aventura. Al día siguiente hablé con las operadoras de El Santuario, para saber si alguna de ellas me había llamado. Ellas podrían haber llamado por medio de un teléfono de Empresas Públicas de Medellín que tenían en la mesa de operadora y que seguía en servicio aunque la planta local se saliera. Las dos negaron haberme llamado.

De esto me queda un convencimiento: la voz que me ordenó la salida sabía que yo recogería a los accidentados porque nunca creí en el convencimiento que había en mi país de que quien recogiera algún herido tendría problemas con la Ley. Nunca los he tenido y llevo un total de 25 recogidos en toda mi vida, incluyendo a uno que dejé en La Unión y murió cuando era trasladado a Medellín. Fui citado a un juzgado para que contara cómo lo había recogido, pero nunca fui vinculado al caso. Hay algo curioso: el accidente fue a las 10:00 p. m. y yo recibí la orden de ir a El Santuario a las 9:00 p. m.

Gabriel Escobar Gaviria.

lunes, 12 de enero de 2009

Vista de lince 48

Una lavadita conveniente

Recibí hoy este mensaje de correo electrónico:


«Un Cordial Saludo,


»Con la presente queremos aprovechar para ofrecerle nuestros servicios;
»De lavado de carros a domicilio en su casa u oficina o donde este.

»Que hace diferente nuestra compañía ?

»Nosotros entendemos que ustedes son personas muy ocupadas., por eso creemos que se beneficiaran de nuestros servicios por las siguientes razones:

»1. Somos profesionales en el lavado de autos a domicilio, vamos hasta donde se encuentre su vehiculo. Llevamos agua y la electricidad y maquinaria necesaria para su comodidad.
»2. Nosotros con la restauración y embellecimiento tanto de interiores como de exteriores, seremos capaz de hacer que su vehiculo luzca como nuevo otra vez.
»3. Somos una empresa seria, con toda la documentación al día (Cámara de Comercio y RUT # 98-658-506-6).

»Para mostrar la calidad de nuestros servicios, comuníquese a nuestra línea de servicio al cliente. Le ofrecemos una forma mas fácil y efectiva de mantener el valor y la belleza de su vehiculo.

»Muchas gracias por la atención prestada, para mas información sobre nuestros servicios por favor comuníquese a los telefonos.

»444-9274 o al (315) 774-3709.

»Reciba descuentos con solo mencionar que recibio este Email

»Agradecemos su atención,

»Atte,

»Marcela Munoz G.
»Metro Wash
»Propietaria


»NO SOMOS LOS CARRITOS QUE SE VEN POR TODOS LADOS, SOMOS EL

»VERDADERO LAVADERO PROFESIONAL DE CARROS Y MOTOS A DOMICILIO CON HIDROLAVADORA Y PLANTA ELECTRICA».


Así las cosas, propongo a doña Marcela una lavadita de esta carta como muestra gratis:

1. No veo la necesidad de las mayúsculas de las palabras cordial y saludo.

2. El verbo querer determina la voluntad de hacer algo: Yo tomo la determinación de escribirles a posibles clientes sobre mis servicios, en ese momento puedo usar el verbo querer para manifestar esa intención: Yo quiero ofrecerles mis servicios de lavado de carros a posibles clientes. Pero en el momento que me siento al computador a escribir la carta ya no quiero: ya lo estoy haciendo. Es decir, ya no necesito manifestar la voluntad de hacer. Sino que ya hablo en presente: Aprovechamos para ofrecerles nuestros servicios de lavado de carros en su domicilio, en su oficina o donde esté.

3., 4., 5., 6. y 7. Desaparecieron el punto y coma, la mayúscula, el cambio de párrafo. Cambio de la expresión a domicilio, galicada, por una correcta que evita la repetición de la palabra domicilio y su sinónima casa y se le pone tilde a la inflexión esté del verbo estar.

8., 9. y 10. ¿Qué hace diferente nuestra compañía? A esta oración interrogativa le hacía falta la apertura de interrogación, la tilde del pronombre qué interrogativo y le sobraba un espacio al signo de cierre de interrogación.

11. Después de la palabra ocupadas hay un punto y después una coma, la redactora se decidió por la coma porque empezó con minúscula, pero se olvidó de borrar el punto.

12. En el mismo párrafo se encuentra el futuro beneficiarán, que no se benefició de la tilde.

13. En la primera de las razones expuestas, nuevamente la expresión galicada a domicilio debe ser cambiada por en su domicilio o sitio donde se encuentre el vehículo. Ah, y no olvidar la tilde de vehículo en esta razón y en la siguiente, pues esa palabra sin tilde queda muy cacofónica.

14. En la segunda razón usan la palabra capaz en singular como si fuera un adverbio. Se trata de un adjetivo y se dice seremos capaces.

15. El verbo comunicar rige la preposición con:
Comuníquese con nuestra línea de servicio al cliente.

16. y 17. El adverbio de cantidad más en la forma más fácil y efectiva lleva tilde y el vehículo nuevamente debe llevar tilde.

18., 19. y 20. Nuevamente el adverbio más debe llevar tilde, la preposición regida por el verbo comunicar es con y los teléfonos llevan tilde.

21. y 22. Donde dice recibio este Email debe decir recibió este mensaje (la tilde y el anglicismo).

23. Atte. es una abreviatura y debe llevar punto, aunque después siga la coma: Atte.,

24 y 25. Nuevamente el uso de la expresión galicada a domicilio y ahora la falta de tilde de la palabra ELÉCTRICA.

domingo, 11 de enero de 2009

La columna de Angelita

Mundo moderno

Mis resoluciones

Hace poco estaba conversando con mi padre sobre algunos proyectos que tengo para este año (un par de libros y una obra de teatro que están que se ahogan en mi tintero) y me preguntó por qué me había demorado tanto en llevarlos a cabo. Empecé a decirle que es que el trabajo y las vueltas porque es que los fines de semana son para comprar mercado porque entre semana llegamos muy tarde y no nos queda tiempo para ir a cine porque los impuestos y hay que arreglar la llave del lavamanos del baño y el microondas volvió a sacar la mano y el seguro del carro y, de repente, en medio de esta carreta me di cuenta de algo: ser adulto quita mucho tiempo. Y, como si fuera poco, es carísimo.

La revelación de que ser una adulta responsable me quita todo mi tiempo y consume todos mis recursos me dejó de una sola pieza. Recuerdo que tenía un afán horrible de crecer hasta hace poco y ahora me doy cuenta de que esto de crecer, apesta. Esto no puede seguir así. Por eso, aprovechando el espíritu de Año Nuevo y que todos estamos haciendo promesas de dietas que vamos a romper y malos hábitos que volveremos a adquirir pasados un par de meses, he decidido hacerme una resolución para el 2009 y realmente tratar de cumplirla. He decidido ser menos adulta. O ser adulta, menos. No significa que voy a entregarme por completo a la irresponsabilidad, pero creo que definitivamente necesito darle más espacio a mi niña interior, que se está sofocando entre el RUT y la crema antiarrugas.

Créanme que lo digo muy en serio. Considero un error de estratégico perder contacto con la parte de uno que no duerme para descansar, sino para soñar porque uno se vuelve adulto justamente para poder hacer las cosas que soñó de niña, así que es un poco tonto que cuando lleguemos a la adultez perdamos contacto con la niñez. ¿O con la niñicidad? En fin, con aquello que soñábamos ser y hacer. Parafraseando a un personaje de Almodóvar, la verdad es que uno es mejor adulto cuanto más se parece a lo que soñó de niño, y en ese sentido me propongo ser mejor adulta en este 2009.

Para empezar, voy a volver a colorear. Compré para mi sobrino un juego de lápices de colores y quedé con una envidia que mantuve en secreto, pero voy a salir del clóset de las crayolas y voy a colorear de nuevo. Y no voy a respetar los bordes y voy a pintar nubes verdes y el sol azul y las hadas sí existen y no me importa lo que diga la profesora… perdón, me entusiasmé.

Además, voy a reclamar mi derecho a la siesta y retomaré la costumbre de las galletitas con leche a media tarde. He hecho el ensayo en estos días de vacaciones y, en verdad, la siesta y las galletas mejoran el genio un mundo.

Adicionalmente, he decidido que el baño deberá ser divertido de nuevo. Me voy a comprar un par de patitos de hule y no voy a seguir comprando jabones reafirmantes anticelulíticos ni champú que tapa las canas ni crema dental con colágeno para que no se me arruguen las encías. De ahora en adelante, todo huele o sabe a chocolate.

Por último, volveré a jugar con juguetes. Nada de esos aparatos dizque para la memoria que en realidad no son más que un “teneloahí” para adultos desocupados. Quiero una Barbie nueva, para mí y para nadie más y voy a jugar a las princesas, no a la mujer ejecutiva feminista, pero con una relación funcional con su pareja masculina sensible no dominante que llora con películas de Disney.

Y con ese me despido. ¡Feliz 2009!

Ángela Álvarez V.
angela_alvarez_v@yahoo.com

viernes, 9 de enero de 2009

Vista de lince 47

La tilde caída


Desde Bucaramanga me llegó esta foto en la que la tilde de la palabra máximo se deslizó a través del globo para caer donde no debía, pues la palabra ligero no lleva tilde.

Además de eso, la expresión 15 artículos máximo no dice nada, la frase correcta es 15 artículos como un máximo o un máximo de 15 artículos.

Las conversaciones enredadas


Para los que no sepan: el gabinete que se ve en la foto es un armario de distribución telefónica. Cada alambre de esos es la conexión de un teléfono existente en las cercanías. Cuando un contratista entrega un armario de esos nuevo, lo entrega más peinado que Mandrake.

Pero el transcurso del tiempo… Y eso como que es en cualquier parte.

Pueblorrico


Es Pueblorrico que hay en el aviso no creo que sea tan rico que digamos con la falta de esa otra r porque no suena como debe sonar.



jueves, 8 de enero de 2009

Peripecias de una celebración

Peripecias de una celebración

El Blog de don Abel cumplió 0,5 años el pasado 24 de diciembre, para celebrarlo nos habíamos preparado Jorge A. Cardona, del grupo Consulforo y lector del blog, y yo. Hicimos una invitación a los miembros de Consulforo y la habíamos repetido a los lectores del blog. La invitación estaba abierta a las personas que llegaran. El costo de la misma lo iríamos a repartir entre los asistentes.

Por mi parte le había compartido la invitación a mi paisano y compañero de luchas políticas Javier de Jesús Brand Rivera, quien entusiasmado me dijo que asistiría.

De Consulforo también tenía interés en asistir Carlos Augusto Cadavid, pero un asunto familiar le hizo desistir de la reunión.

Yo había extendido otra invitación personal a otro lector y tampoco me fue atendida aunque esperé hasta lo último para convencerme de que no vendría.

El mismo día de la reunión Jorge A. se disculpó desde el lecho de enfermo pues una gripa fortísima lo agobiaba desde días antes.

Por último, tenía yo una especie de corazonada de que de pronto recibiríamos alguna visita de alguien de fuera de Medellín, pues probable alguno de los miembros de Consulforo o algún lector foráneo se encontrara dentro del grueso paquete de turistas que en la época navideña visitan a Medellín.

La cantidad probable en esas circunstancias era de seis personas como un mínimo. El sitio de reunión, el área de comidas del Centro Comercial Oviedo de Medellín en las cercanías de Pollos Pinky. La hora, 6:00 p. m. El día, lunes 29 de diciembre.

Sin embargo, por las razones anotadas —las deserciones involuntarias—, y por razones desconocidas —las voluntarias—, sólo llegamos al sitió mi paisano Javier y yo.

Dos son reunión y dos son quórum. El pollo, delicioso como es el pollo Pinky, y eso que no estamos cobrando pauta.

Lo más importante de haber hecho quórum, fue la institucionalización la tertulia mensual del blog de don Abel y Consulforo. Quedó establecida para el lunes siguiente al 23 de cada mes. Algunas entonces coincidirán con el día 24 que es el oficial de conmemoración.

Baste decir que hasta que terminamos de comer el sabroso pollo todo había resultado bien. Hasta me pasaron una boletica para que raspara porque había un premio y gané un vaso grande como el que yo necesitaba para tener en la casa y tomar agua. Me dieron el vaso.

Terminamos, aprobamos la creación de la Tertulia, pagamos, recogí mi vaso y salimos no sin antes ir a desaguar con la consiguiente lavada de manos y secada en secador automático para lo cual hay que tener las manos libres.

A cada uno de nosotros nos servía irnos en metro por lo que llegaríamos a la estación más cercana, La Aguacatala. Para lo cual caminaríamos hacia el Sur por la avenida El Poblado hasta encontrar la avenida que nos llevaría hasta el intercambio vial del mismo nombre de la estación caminando hacia el occidente, allí encontraríamos la estación. Sólo tendríamos que caminar unos 350 metros a lo sumo.

Pero no contábamos con la construcción de otro intercambio vial que había interrumpido el paso a vehículos y a peatones y a la que le hace fondo la monumental construcción del Centro Comercial Santa Fe (¿Se agotarían los nombres en inglés para centros comerciales, moles, autletes y similares y comenzarían, entonces, los nombres de equipos de fútbol?). Extasiados estábamos mirando esa grandiosa construcción de cuadra y media en el mismo sitio donde nos comimos alguna vez los mejores típicos paisas que existieron e la ciudad, cuando Javier me detuvo antes de que yo bajara un escalón de tres metros de alto que era la vía interrumpida por donde habríamos conseguido rápidamente la estación. Nos desviamos por entre unas talanqueras que nos hacían ver como ganado en embarque. Cuando terminamos las talanqueras que tenían dirección al occidente estábamos lo suficiente mente lejos para devolvernos por la calzada semidestruida y retomar la dirección que llevábamos.

Conservábamos en mente la dirección suroccidenntal que debíamos tomar para llegar a la estación, pero no advertimos que la calle nos fue cambiando de dirección de forma casi imperceptible, de tal manera que cuando creíamos estar en dirección Sur, lo estábamos haciendo en dirección Norte por una vía solitaria en la que nos precedían dos jóvenes que disimuladamente miraban hacia atrás.

Preguntamos a dos policías que cuidaban la entrada de una unidad residencial y nos dijeron que a cualquiera de las dos estaciones, La Aguacatala o El poblado, llegaríamos mejor en taxi, sin embargo, si nuestra intención era seguir caminando nos indicaron dónde voltear a la izquierda y encontrar la Clínica Las Vegas, donde, por fin, estaríamos más cerca de la Estación El Poblado que de La Aguacatala, que nos habíamos propuesto.

Pude observar que los jóvenes habían tenido la paciencia de esperar a que termináramos la conversación con los agentes de la Ley y reanudaron su paso delante de nosotros cuando nosotros hicimos lo propio.

–Javier, hasta qué horas trabajan los atracadores en este sector.

–No digas eso, Gabriel, no traigas las malas experiencias.

Los jóvenes seguían delante de nosotros, hasta que llagaron a un punto donde voltearon sus cuerpos quedando de frente a nosotros. A su derecha tenían la cerca de dos metros de alto, a su izquierda un árbol frondoso. Habría sido un suicidio intentar pasar entre ellos, la cerca y el árbol.

Javier y yo ganamos la calzada disimulada, pero decididamente, Uno de ellos intentó seguirnos, pero el otro le hizo una seña de que nos dejara. Afortunadamente para nosotros el flujo vehicular era suficiente para que su acción fuera advertida por otras personas. Pero una cosa es la advertencia y otra, la solidaridad.

Ese punto era el señalado para voltear y buscar la Clínica Las Vejas (si lo lográbamos, y lo logramos). De allí a la estación El Poblado no ocurrió nada que nos hiciera cambiar de tema de lo que nos pudo haber pasado.

En total caminamos 1.500 metros más de lo que nos habíamos propuesto.

Al entrar a la estación nos despedimos pues íbamos en direcciones contrarias.

—Oye, Javier, yo qué hice mi vaso.

—¿Dónde lo dejaste?

—En el secador hay que tener las manos libres para que queden secas.

La próxima, el lunes 26 de enero en el mismo sitio y hora, por ahora.